La dermatitis atópica se actualiza en el Congreso de la EADV
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13 septiembre, 2018El tratamiento de los pacientes con melanoma ha cambiado mucho en los últimos años ya que han aparecido nuevos tipos de inmunoterapia y medicamentos dirigidos a genes diana que son más eficaces que la quimioterapia. Pero, ¿qué tratamiento de todos los que hay es el más indicado cuando hay metástasis? A esta y otras preguntas se tratará de dar respuesta en el 27º Congreso de la EADV que estos días está celebrándose en París.
Uno de los debates, coordinado por la doctora Susana Puig, dermatóloga y coordinadora de investigación de la Unidad de Melanoma del Servicio de Dermatología del Hospital Clínic y responsable del equipo de investigación ‘Melanoma: Imagen, Genética e Inmunología’, del IDIBAPS, ambos en Barcelona, tratará sobre la predisposición genética y el efecto del entorno y la herencia en este cáncer. Dentro de ese debate, la Dra. Puig hablará sobre las pruebas moleculares para dirigir la terapia en el melanoma y explicará este jueves 13 de septiembre la experiencia acumulada en su hospital, la situación de la determinación genética en estos pacientes y cómo de útil es para decidir su intervención terapéutica.
El tratamiento del melanoma varía en función de la fase en la que se encuentre el tumor en el momento del diagnóstico. Así, si el cáncer se diagnostica en su etapa inicial, menos de 2 mm de profundidad y no ulcerados, el tratamiento de elección es quirúrgico. Cuando hay afectación ganglionar o de otras partes del cuerpo, pueden entrar en juego, además de la cirugía, otras terapias.
“Las alteraciones genéticas que aparecen en el tumor se dividen en cuatro grandes grupos: en el 50% de los casos, hay una mutación en el gen BRAF; en un 10%, la mutación está en el gen NRAS; en otro 10%, en el gen NF1 y en el resto de los casos se habla de triple negativos, es decir, que no traen las mutaciones anteriormente mencionadas, pero sí otras alteraciones genéticas diversas”, explica esta dermatóloga miembro de la AEDV.
Actualmente, existen pruebas para determinar qué mutación genética está presente en el tumor a partir del análisis de una muestra de éste. Saber esto es muy importante porque “tenemos terapias diana dirigidas que funcionan muy bien para ciertas mutaciones, como la BRAF, y no para otras. De esta manera, se podría orientar la terapia que recibe el paciente de una manera más eficaz”, señala la Dra. Puig.
Aunque todavía no hay tratamientos aprobados para los pacientes con alto riesgo de recaída (por ejemplo, pacientes libres de enfermedad tras operar metástasis ganglionares o viscerales), pronto estarán disponibles terapias para este grupo de enfermos.
“Probablemente, también sería útil saber qué mutación hay en estos casos, pudiendo analizarse el tumor primario o la metástasis”, señala la Dra. Puig.
Otra situación en la que estas pruebas moleculares del tumor primario serían útiles es en aquellos pacientes con melanoma avanzado y cuya metástasis no se puede analizar.
“Cuando hay metástasis, tenemos que tratarla específicamente y estaría bien saber qué mutación tiene, para emplear una terapia u otra. El problema es que a veces las metástasis surgen en sitios inoperables, como ciertas áreas del cerebro, que impiden su análisis. No obstante, sabemos que hay una alta correlación entre la mutación que se da en el tumor primario y la que está presente en la metástasis y, aunque no es idéntica en el 100% casos, hay una alta probabilidad de que sea la misma. Por tanto, es útil conocerla la mutación del tumor primario y utilizar una terapia en función de esta alteración genética”, argumenta esta especialista.
“Los pacientes que tienen una mutación del gen BRAF responden muy bien a la combinación de inhibidores de BRAF y de MEK, que se tolera bien y evita algunos efectos adversos como el desarrollo de cáncer cutáneo”, señala.
La Dra. Puig aboga porque también se realice un análisis molecular de la metástasis tras la cirugía, aunque el paciente esté libre de enfermedad en ese momento, por el alto riesgo de recaída. “En estos pacientes, la recomendación actual es hacer un seguimiento sin más pero pronto dispondremos de la aprobación de tratamientos efectivos”, explica esta especialista.
Por último, también se hablará en esta charla sobre la ‘biopsia líquida’ o la determinación de las mutaciones en el ADN tumoral circulante en pacientes metastásicos, una técnica que puede facilitar este análisis molecular cuando la metástasis no se puede biopsiar o que puede ser útil para conocer la respuesta y evolución del paciente frente a un tratamiento.
El 10% de las comunicaciones científicas en este Congreso están realizadas por dermatólogos españoles. Desde la AEDV, se dará cobertura a través de noticias publicadas en la web, los resúmenes realizados por académicos de diferentes áreas de interés –Highlights EADV 2018– y a través de las redes sociales de la Academia.