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“Los beneficios que la Teledermatología aporta a la población son indiscutibles, ya que permite un acceso a la medicina cutánea especializada de forma rápida, acortando tiempos de espera de primera consulta y priorizando la patología urgente”
La Dra. Fátima G. Moreno Suárez, es vocal por Jaén de la Junta Directiva de la sección Andaluza de la AEDV, realizó su formación como especialista en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla y ejerce como Facultativa Especialista en Dermatología en el Hospital Universitario de Jaén.
¿Qué es la teledermatología? ¿Qué beneficios aporta a la población?
La Teledermatología es la dermatología a distancia, consiste en una modalidad de consulta no presencial en la que se evalúan pacientes con patologías cutáneas utilizando la telemedicina, es decir, la tecnología de las telecomunicaciones e informática. En nuestro caso, se trata de una Teledermatología de almacenamiento en tiempo diferido o asíncrona, mediante unas fotos fijas digitales y datos clínicos que se remiten desde atención primaria.
El dermatólogo emite un diagnóstico y manejo de forma rápida que le llega de nuevo al médico de atención primaria. También existe un modelo de Teledermatología a tiempo real o síncrona, que se realiza mediante videoconferencia directa entre el dermatólogo, el paciente y el médico de atención primaria. Hay una tercera, la híbrida, que combina las 2 anteriores.
Al ser una especialidad tan visual, donde la imagen es clave, la Dermatología es una de las especialidades clínicas que más se ha desarrollado en la telemedicina a nivel mundial.
Los beneficios que aporta a la población son indiscutibles, ya que permite un acceso a la medicina cutánea especializada de forma rápida, acortando tiempos de espera de primera consulta y priorizando la patología urgente. Se benefician de forma especial los pacientes con dificultad de acceso a los centros hospitalarios, ya sea por grandes distancias geográficas, pacientes ancianos, encamados o institucionalizados.
¿Cuándo comienza a trabajar en esta disciplina?
Desde el año 2006, durante mi período de formación como dermatóloga en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, uno de los mejores hospitales de Andalucía y uno de los pioneros en la implantación de la Teledermatología, liderando el proyecto el doctor Julián Conejo-Mir, la doctora Rosa Corbí Llopis con el cribado del cáncer de piel y el doctor José Bernabeu Wittel con la utilización de la teledermatología para la valoración de los hemangiomas infantiles. Con gran orgullo puedo decir que ellos fueron mis maestros en Teledermatología.
Posteriormente en el año 2017, ya como dermatóloga en el Hospital Universitario de Jaén, tuve el privilegio de ser la encargada de poner en marcha la plataforma de Teledermatología junto con un equipo muy motivado de médicos de Atención Primaria.
¿Qué barreras ha tenido que superar la teledermatología?
Desde sus inicios hace más de 20 años, la Teledermatología se ha tenido que enfrentar al escepticismo de muchos médicos que veían en esta herramienta una forma inferior de consulta, sin embargo, realizándose de forma reglada y adecuada la Teledermatología ha demostrado ser un fantástico sistema de cribado de patología dermatológica urgente. Otro escollo inicial era la creencia del elevado coste material que supondría la implantación de la Teledermatología.
Sin embargo la dotación de equipos fotográficos y dermatoscópicos de calidad de coste asequible y las plataformas telemáticas sencillas e intuitivas han demostrado ser eficientes en la práctica clínica diaria.
¿Cuál es la respuesta del paciente con el uso de la teledermatología?
El feedback que recibimos de nuestros pacientes es muy positivo. Los pacientes perciben que su problema de piel se atiende de una forma rápida y eficaz, generando una mayor proximidad y confianza en dermatólogo, ya que su médico de atención primaria obtiene una respuesta por nuestra parte, que normalmente no excede los 3-4 días, hecho que reduce la ansiedad y tranquiliza al paciente y a sus familiares. También se produce una reducción en los gastos al evitar desplazamientos innecesarios.
¿Permite la teledermatología evitar derivaciones innecesarias?
Rotundamente sí. La razón de ser de la Teledermatología radica en realizar una selección certera de la patología cutánea que requiera una actuación rápida por nuestra parte, priorizando y agilizando la consulta física de aquellos pacientes con patología cutánea tumoral maligna o urgente y, evitando que lleguen condiciones banales que taponen el sistema de consulta presencial.
¿Contribuye la teledermatología a la mejora de la calidad de vida de los pacientes y de los sanitarios?
Hay varios estudios que demuestran claramente la mejora en la calidad de vida de los pacientes que ha supuesto la introducción de la Teledermatología, ya que la priorización de patologías cutáneas urgentes mediante este recurso supone una disminución de la morbimortalidad asociadas a las mismas.
También el impacto positivo que ha tenido la Teledermatología en la práctica clínica diaria de los médicos de atención primaria y dermatólogos ha sido relevante, ya que ha mejorado la relación interniveles, evitando derivaciones innecesarias presenciales, lo que se traduce en una reducción de las listas de espera y en un mejor control de patología cutánea, priorizando lo grave y urgente y filtrando la patología benigna. Desde el punto de vista docente, mejora la formación en dermatología del médico de familia, dotándolo de mayor seguridad y experiencia a la hora de valorar la patología cutánea, ya que recibe un feedback docente constante por parte dermatólogo.
¿Cómo mejora la implantación de esta disciplina entre los habitantes de las zonas rurales?
La llegada de la Teledermatología a los centros de salud de las zonas rurales ha supuesto un avance enorme, ya que supone un claro ejemplo de equidad en salud. Ha permitido el acceso a la atención médica especializada de estos pacientes, permitiendo salvar la distancia geográfica y la dificultad de movilidad de estas poblaciones que, en muchos casos, están envejecidas, reduciendo también costes y tiempo.
¿Cree que ya está asentada esta técnica en nuestra comunidad autónoma?
La Comunidad de Andalucía fue pionera en la implantación de la Teledermatología, y después de varios años de experiencia, es una herramienta médica más que consolidada y realizada de forma rápida y eficiente por la mayoría de hospitales de tercer nivel de nuestra comunidad.
Podemos decir sin complejos, que Andalucía es punta de lanza en Teledermatología a nivel nacional, existiendo en algunos centros como el Hospital Virgen Macarena con los doctores David Moreno y Lara Ferrándiz a la cabeza, un espacio denominado Ecosistema digital en el que se llevan a cabo todas las valoraciones de Teledermatología, hecho que dota de valor y vanguardia a esta herramienta.
¿Ha demostrado esta tecnología móvil ser capaz de agilizar la derivación de pacientes desde la Atención Primaria Especializada?
Está más que demostrado que la utilización de la Teledermatología, al mejorar la sospecha diagnóstica por el médico de familia y al realizar un triaje rápido y certero de la patología cutánea urgente por parte del dermatólogo.
Lo que ha permitido priorizar la atención en consulta física de estos casos, fundamentalmente se agiliza la valoración de los pacientes con sospecha de melanoma y cáncer de piel no melanoma de alto riesgo, acortando los tiempos de demora diagnóstica y quirúrgica, optimizando de esta forma el manejo y pronóstico de estos pacientes. Muchos de los casos que diagnosticamos de melanoma por Teledermatología pueden estar intervenidos quirúrgicamente en 7 días.
¿Qué papel ha tenido el uso de la teledermatología durante la pandemia?
La Teledermatología, en su modalidad de tiempo real o síncrona, ha sido clave para salvar la situación de emergencia sanitaria que supuso la pandemia. El sistema sanitario se colapsó y los pacientes se encontraron sin especialistas a los que consultar de manera presencial.
El modelo de Teledermatología de almacenamiento realizada en los centros de salud se hizo inviable por el confinamiento de la población y la presencia de los médicos sólo en los servicios de urgencias.
Sin embargo en algunos hospitales de nuestra comunidad aparte del sistema de llamadas telefónicas, se desarrolló en un tiempo récord, como nos contaba en una webinar de la sección andaluza la Dra. Lara Ferrándiz del Hospital Virgen Macarena, una herramienta tecnológica para el envío de imágenes y documentos directamente entre médicos y pacientes.
En los meses que duró el estado de alarma las consultas online, videollamadas o de sms mediante diversas plataformas médicas aumentaron de forma llamativa, los dermatólogos que estábamos entrenados en la valoración de consultas mediante Teledermatología, nos adaptarnos a esta modalidad de consulta de forma fácil, rápida y resolutiva.
¿Cree que se ha visto fortalecida esta herramienta a consecuencia de la COVID19?
Desde luego que se ha visto fortalecida, ya que se ha comprobado de forma irrefutable, que debido a esta pandemia y a otras que puedan venir, el sistema de consulta presencial no puede ser el único.
Tanto la sanidad pública como privada han de estar dotadas y preparadas para que sistemas como la Teledermatología procuren una continuidad asistencial que permita realizar diagnósticos, poner tratamientos y realizar seguimientos a los pacientes, a pesar de condiciones de extrema adversidad sanitaria y social como la que hemos vivido por la COVID19.
¿Cuáles son los retos del futuro a los que os enfrentáis los dermatólogos con el uso de la teledermatología?
Está claro que la Teledermatología es una herramienta médica que complementa a la consulta presencial y aumenta nuestra eficiencia asistencial, en tanto en cuanto libera tiempo de patología banal que previamente hemos cribado, permitiendo priorizar y dedicar más tiempo de consulta a aquellos casos urgentes, graves o complejos.
La dermatología del futuro debe integrar sistemas de Teledermatología en su actividad asistencial diaria. Ello requerirá un esfuerzo en rediseñar estructural y funcionalmente los servicios de dermatología para optimizar esta herramienta.
Por un lado sería deseable habilitar espacios digitales donde realizar las consultas de teledermatología, abrir agendas especiales y dotar de tiempo reglado a los facultativos para realizar las teleconsultas y contemplar en algunos casos la opción de la teledermatología en tiempo real.
También será importante mantener una formación continua de los médicos de atención primaria, para optimizar este recurso, mejorando la toma de imágenes clínicas y dermatoscópicas y sus conocimientos en patología cutánea.
Otro aspecto importante a considerar es el seguir midiendo su implantación, realizando un procedimiento de evaluación de resultados y, sobre todo, la Teledermatología habrá de seguir respondiendo a objetivos concretos que dependerán de las necesidades del servicio de dermatología en cuestión.
En servicios infradotados de dermatólogos, con consultas saturadas y listas de espera largas el objetivo será la priorización de patología tumoral y urgente; y en otros con mayores recursos humanos y materiales se podrá considerar también la extensión de la teledermatología a consultas interhospitalarias o valoración de pacientes de revisión.