Congreso AEDV 2021 | La ‘vida’ del Museo Olavide no ha sido ajena a las dificultades planteadas por la pandemia de coronavirus, pero mantiene su vitalidad y actividad
2 diciembre, 2021Campus de Residentes | VII Curso de Cirugía para Residentes en Dermatología R2 (GECIDERM)
13 diciembre, 2021El Dr. Pedro Jaén Olasolo, presidente de la AEDV aborda en esta entrevista aspectos de actualidad y hace balance de su mandato hasta el momento.
– En general, ¿qué impacto ha tenido la pandemia en la actividad dermatológica en España?
Desde el punto de vista de nuestros socios, los dermatólogos se han visto muy afectados por la dificultad de atender a los pacientes dermatológicos durante la pandemia, sobre todo por los muchos riesgos que había en ese momento. Algunos dermatólogos tuvieron que atender enfermos con patología COVID-19 y tuvieron que incorporarse a la atención de estos pacientes tanto en hospitales públicos como privados. Por otra parte, la actividad de sus consultas privadas también ha decrecido en este periodo.
Una vez que se han ido aliviando las restricciones para atender pacientes dermatológicos, ahora hay una alta demanda no atendida de pacientes que es difícil de resolver a corto plazo, como importantes retrasos tanto en la sanidad pública como en la privada. Ha habido pacientes a los que no se les ha realizado un diagnóstico o tratamiento de su problema a tiempo y que, por tanto, se ha agravado su enfermedad. Sufrimos una demora en la atención dermatológica y atendemos afecciones dermatológicas de mayor gravedad.
– Por lo tanto, la pandemia ha supuesto un “empeoramiento” de la salud dermatológica española…
Tenemos que ver precisamente cómo se maneja a estos enfermos que no se han atendido durante la pandemia. En cualquier caso, también ha habido avances durante este tiempo, como las soluciones de atención mediante teledermatología que se están implantando en el sistema sanitario público y también en el privado.
– ¿Y qué impacto ha tenido todo esto en la investigación dermatológica?
La investigación también ha sufrido, porque tanto pacientes que se encontraban en ensayos clínicos como la apertura de otras investigaciones también se ha visto alterada y demorada. Además, destacar la repercusión que ha tenido la pandemia en formación de especialistas, ya que los MIR han cambiado su programa formativo debido a las circunstancias, lo cual posiblemente redunda en deficiencias en la formación que tienen que suplementar. De hecho, las unidades docentes de los centros a los que están adscritos, y ellos mismos, tienen que poner ahora mayor empeño y sacrificio para completar su formación.
– A pesar de todas estas circunstancias, y del paréntesis de congresos presenciales, la labor de la AEDV no ha decaído en este tiempo. ¿No es así?
Al revés, se incrementó muchísimo la oferta de formación continuada y de comunicación entre profesionales de forma online, con iniciativas tales comos las jornadas virtuales, los jueves de la AEDV, los congresos virtuales…
– Y la AEDV ha continuado con la creciente profesionalización de su personal…
Así es, y este resulta un aspecto de enorme importancia. El personal que trabaja en la Academia se ha profesionalizado. En este momento disfrutamos de profesionales muy competentes y muy implicados con nuestra sociedad científica, y eso es lo que nos está permitiendo mantener/incrementar toda esta actividad que hemos llevado a cabo en estas circunstancias tan duras de los últimos tiempos.
– ¿También se han mantenido las buenas relaciones y lazos con sociedades científicas afines…tanto de fuera como de dentro de España?
Llevábamos muchos años trabajando las relaciones internacionales de nuestra sociedad científica, como ha quedado de manifiesto con nuestra presencia en congresos internacionales (mundial, americano, europeo). Y ahora que tenemos la posibilidad de simultanear la presencialidad y la virtualidad, tenemos la suerte de contar en este congreso nacional con los presidentes de las principales sociedades científicas afines. La virtualidad nos ha facilitado estrechar lazos con sociedades científicas internacionales.
– A nivel institucional, social y también formativo, ¿qué valoración hace del papel de la Academia durante este periodo de pandemia?
Hemos hecho el esfuerzo de aumentar nuestra actividad para mantener en contacto a los profesionales. La actividad científica de la AEDV se ha mantenido, e incluso incrementado, durante la pandemia. Hemos mantenido comunicación con los socios para transmitirles qué es lo que estaba sucediendo y cómo adaptar parte de nuestra actividad a la nueva situación, con el desarrollo de protocolos de actuación ante la COVID e informando sobre la influencia de esta patología en las enfermedades dermatológicas o sobre cómo atender pacientes en estas situaciones. Distintos grupos de trabajo de la AEDV han generado directrices importantes que han puesto a disposición de todo el colectivo para que la especialidad se viera afectada en la menor medida posible.
¿Y cómo calificaría el nivel actual de la práctica dermatológica en nuestro país?¿se mantienen problemas del pasado, como el intrusismo…o algún otro nuevo?
La dermatología española en los últimos años ha aumentado en su cartera de servicios y en su presencia en la sociedad. También ha aumentado el número de dermatólogos en nuestro país y, por eso, necesitamos trabajar para que el número de dermatólogos y la demanda de los mismos se ajusten y sea algo dinámico. Actualmente, el número de académicos aumenta en 100 al año aproximadamente, y hay momentos en los que la demanda se ha aumentado más; por ello, es importante que crezcan de forma pareja tanto la oferta como la demanda, para no crear desequilibrios.
Eso sí, el auge de la demanda de dermatólogos en la sanidad privada está dificultando que haya dermatólogos en algunos lugares del área pública, y esto es una preocupación.
Gracias al prestigio y el auge de nuestra especialidad, a nivel social hay situaciones en las que se pretende ocupar ese espacio por otros profesionales que no son especialistas en Dermatología; así, un ámbito de competencia profesional que debería ser desempeñado por un dermatólogo se realiza por otros profesionales. Es importante, por el bien del paciente y por el bien de nuestra especialidad, vigilar este problema y solventarlo, para que nuestras competencias no se vean invadidas.
– A su juicio, ¿cuáles son los principales retos de la Dermatología en este momento?
Estamos preocupados por la formación de especialistas, para que este bache provocado por la pandemia no afecte a esta trayectoria ascendente que llevamos en los últimos años; no debemos olvidar que la Dermatología se escoge siempre en los primeros lugares de la formación MIR.
La dermatología española tiene un peso importante en la dermatología internacional, y nos preocupa que la investigación y el desarrollo de fármacos cuente con nuestro país para llevar a cabo sus trabajos.