sífilis se han multiplicado por 7 desde 2001 y los de infecciones gonocócicas se han multiplicado por 10. Los menores de 25 años padecen dos tercios de los casos de infección por clamidia, aunque teniendo en cuenta todas las ITS de declaración obligatoria el perfil del afectado sería el de un varón menor de 35 años. El motivo detrás de este aumento está claro para el Grupo Español de Investigación y Estudio de las ETS y Sida (GEIES) de la Academia Española de Dermatología y Venereología: el desconocimiento y el aumento del número de parejas sexuales.
“Si la gran mayoría de las personas conoce la infección por el VIH, una gran parte de la población, sobre todo los jóvenes, desconoce el resto de ITS y cuáles son los problemas que se pueden tener a corto, medio y largo plazo”, señala la Dra. Alicia Comunión, coordinadora del GEIES.Con motivo del Día Mundial de la Salud Sexual, que cada año se celebra el 4 de septiembre, desde este grupo de trabajo de la AEDV se quiere hacer hincapié en el progresivo aumento de casos de ITS y en cómo poder hacer frente a unas enfermedades que, si no se diagnostican, pueden seguir transmitiéndose de persona a persona y generar graves problemas de salud. Las infecciones de transmisión sexual son un conjunto de infecciones que se contagian a través de las relaciones sexuales no protegidas. Su transmisión puede darse por mantener sexo oral, anal o vaginal. Hasta hace pocos años la sífilis, el VIH, la hepatitis B y la infección gonocócica eran de declaración obligatoria, pero el resto no. Desde 2015, se han añadido la clamidia y el linfogranuloma venéreo a ese control epidemiológico.
“Es fundamental tomar conciencia de lo que está ocurriendo en nuestro país. Los profesionales de la salud, la población y, sobre todo, los jóvenes deben conocer este problema de salud pública. El aumento de infecciones de transmisión sexual está siendo vertiginoso y las consecuencias sobre la salud se verán en los próximos años. Si no se tratan, pueden tener efectos graves y crónicos como la enfermedad inflamatoria pélvica, dolor pélvico crónico e incluso infertilidad, embarazos ectópicos y aumento del riesgo de infección por VIH”, apunta la Dra. Comunión.Por este motivo, desde la AEDV y en concreto desde su grupo de trabajo que estudia las enfermedades venéreas o ITS, se insiste en que es necesario alertar de esta situación y empezar a ofrecer conocimiento a la población general y a los jóvenes en particular sobre qué son, cómo se contagian y qué daños provocan estas infecciones y cómo pueden prevenirse. Aunque el perfil genérico de las ITS está en el de un varón menor de 35 años, algunas de estas infecciones tienen un rostro diferente. Es el caso de la clamidia ya que el mayor número de infecciones por Chlamydia trachomatis se produjo en mujeres (52,1%) con una edad media en el momento del diagnóstico de 24 años. Esta infección no suele dar síntomas y, a medio plazo, puede producir problemas ginecológicos y de fertilidad. Se puede evitar su contagio utilizando preservativos en las relaciones sexuales. En cambio, la infección por linfogranuloma venéreo se da sobre todo en hombres (97,1%) con una edad media de 36 años, viviendo la mayoría en Cataluña y en la Comunidad de Madrid. No obstante, no todas las CCAA tienen registros de esta infección, actualmente la vigilancia está implantada en 12 comunidades.
“Estas enfermedades se pueden prevenir, pero si una persona se contagia, lo principal es que se diagnostique pronto. El problema es que algunas de estas infecciones no dan síntomas y se debe testar ante una situación de riesgo, no esperar a tener síntomas. Por este motivo, creemos que es muy importante conocerlas, saber las conductas de riesgo, evitarlas y hablar de estos temas en la adolescencia, que es cuando muchos jóvenes empiezan a tomar conciencia de su sexualidad. Acudir al dermatólogo o a los centros de ITS ante cualquier sospecha o relación de riesgo es una medida que podría ayudar al diagnóstico precoz”, concluye la Dra. Comunión.