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18 junio, 2020El GEDEI informa sobre la práctica de la dermatoscopia durante la pandemia SARS-COV-2
19 junio, 2020Galicia ha sido una de las comunidades en las que menos impacto ha tenido la COVID-19, a pesar de esto han sido más de 11.400 las personas infectadas y en torno a 600 las fallecidas por esta causa. Por este motivo, ha sido la primera comunidad en alcanzar la tan ansiada ‘nueva normalidad’ y que sus habitantes puedan enfrentarse de nuevo a la rutina de su día a día, aunque por ello no están exentos de tomar precauciones ya que el virus sigue circulando y, ante la ausencia de una vacuna, no se ha eliminado el riesgo de contagios. De hecho, se han producido 5 nuevos casos positivos en las últimas horas.
El servicio de Dermatología del Complejo Hospitalario Universitario de Pontevedra Salnés, formado por 11 adjuntos y 4 residentes para un área poblacional de 300.000 habitantes, tuvo que reestructurarse durante los días de pandemia.
La jefa de este servicio, la Dra. Ángeles Flórez, reconoce que durante la pandemia “se ha trabajado mucho, ya que tuvimos que cambiar y adaptar nuestra forma de trabajar”.
Este servicio tiene incorporada la herramienta de teledermatología que tuvo que modificarse durante esos días: “tuvimos que filtrar consultas desde el buzón [el sistema interno de gestión de citas] y realizar una atención telefónica”, explica la Dra. Flórez que señala que, al contrario de lo que se esperaba, la teledermatología no se incrementó durante la pandemia, ya que realmente la actividad en los centros de atención primaria disminuyó de forma significativa y se realizó filtrado de consultas desde el buzón y atención telefónica.
Una novedad que incorporó el hospital fue la teleconsulta en tiempo real con las residencias de ancianos. “Se repartieron tabletas por un buen número de residencias con personal sanitario. Con este sistema, pudimos proteger a los ancianos al resolver consultas dermatológicas que, de otra manera, hubieran obligado a los pacientes a salir de la residencia. Además del riesgo de contagio, hemos evitado que, cada persona que salía de la residencia tuviera que pasar, posteriormente, un periodo de aislamiento de 15 días como medida de precaución frente al coronavirus. Ha sido un proyecto piloto muy interesante, ya que hemos tenido como interlocutores al personal sanitario de la residencia (médicos y/o enfermeras) al que podíamos preguntar y posteriormente indicar un tratamiento y posología”, aclara esta dermatóloga.
En la fase de desescalada, el servicio se volvió a reestructurar para atender a un 30% de la actividad en forma presencial, citando a los pacientes en intervalos de 30 minutos para que no coincidieran en la misma sala, clausurando dos tercios de las sillas de la sala de espera y siguiendo con la atención telefónica a crónicos y para ofrecer resultados de pruebas.
Posteriormente, en estos últimos días, esa frecuencia de media hora se ha reducido a 20 minutos y se ha aumentado la consulta presencial al 50%, aunque no se descartan nuevos cambios.
Cada dermatólogo tiene su actividad de consultas generales, unidades especializadas y pruebas o procedimientos a realizar en buzones para revisar, priorizar y decidir qué tipo de asistencia se va a prestar. “Es una forma de tener todo organizado, aunque requiere tiempo y dedicación”, señala esta especialista.
Otro servicio que ha tenido que cambiar es la fototerapia que, “para que los pacientes no coincidan y haya tiempo para poder establecer una pauta de limpieza entre un paciente y otro, se ha estipulado realizar fototerapia cada 45 minutos”.
“A todos los pacientes antes de ser intervenidos en el quirófano se les hace una PCR para COVID-19, priorizando los pacientes oncológicos frente otras patologías”, apunta la Dra. Flórez.
La pandemia ha traído, como para muchas otras personas, cambios en el día a día de este servicio que ahora se organiza en función de los protocolos que minimizan el riesgo de contagio por coronavirus.