Coronavirus | “Las sociedades científicas han reaccionado muy bien frente a la pandemia”
14 mayo, 2020La teledermatología centra el segundo webinar de la iniciativa #AEDVenRed
18 mayo, 2020Aunque las puertas de muchas clínicas privadas hayan estado cerradas durante estos días de confinamiento, el trabajo no ha cesado en los equipos sanitarios que forman parte de la plantilla de estos centros. Búsqueda de materiales de protección, repensar circuitos seguros para los pacientes, diseñar nuevas salas de espera, o ponerse al día en técnicas y tratamientos… Son algunas de las tareas que han ocupado las horas de muchos dermatólogos que se dedican a la dermatología clínica y/o estética.
La Dra. Sara Carrasco cuenta con tres clínicas que pertenecen al Grupo Dra. Sara Carrasco en Bilbao. Uno de estos centros se abrió un lunes y el viernes de esa semana tenía que cerrarse sin fecha concreta para su reapertura por culpa del SARS-CoV-2, un nombre que ahora es familiar para la mayoría de los habitantes del planeta y que todos los sanitarios tienen en sus cabezas a la hora de poder reanudar su actividad laboral que, en algunos casos, ha sido interrumpida, aunque no paralizada.
“No he parado de trabajar. Ha tocado reinventarse, aunque como ya trabajábamos de forma digitalizada, tan solo nos llevó cuatro días establecer una serie de cambios para subirlo todo a online”, explica esta dermatóloga que señala que su consulta es completamente privada ya que no trabaja con aseguradoras.
A lo largo de estas semanas, en sus centros han llevado a cabo un servicio de consulta online solidaria para dar respuesta, de forma gratuita, a personas que necesitaban realizar una consulta urgente. También han llevado a cabo video consultas, consultas telefónicas o por WhatsApp a todas las revisiones que tenían pendientes así como envío de receta a casa. “Además, hemos hecho asesoramiento y envíos a domicilio de productos para tratamientos en 24-48 horas. En definitiva, no hemos parado de trabajar, aunque económicamente sí lo hemos notado”, explica.
En cuanto al personal, el equipo que trabaja en estos 3 centros lo forman 13 personas, se ha estado actualizando. “Durante el tiempo que hemos estado cerrados, se ha incentivado la formación del equipo. Hemos propiciado la formación en diferentes técnicas y tratamientos a todos los trabajadores, porque pensábamos que era una buena forma de aprovechar este tiempo. Yo también he impartido formación a través de webinars”.
La reapertura la están haciendo de forma escalonada, restructurando espacios y aforos, trabajando con cita, reduciendo el número de pacientes que acuden a las clínicas cada día. “El control que tenemos es muy estricto. Todo el personal se ha hecho test serológicos y han tenido 3 días de formación sobre la COVID-19 y su prevención. Hemos habilitado una recepción extra para la higienización del paciente antes de entrar en la clínica. A los pacientes les mandamos un correo antes de la cita las instrucciones explicándoles que deben ser puntuales, que no traigan objetos metálicos ni bolsas de compras…”, detalla la Dra. Carrasco.
A pesar de que esta dermatóloga estaba decidida a emplear parte de su tiempo con cada paciente en explicar todo lo realizado para trabajar de una forma segura, al poco tiempo ha comprobado que no es necesario en la gran mayoría de los casos. “Mis pacientes confían en nosotros, en que vamos a hacer todo bien para protegerles, tienen confianza en esto porque ya confiaban antes en nosotros, en nuestra calidad”.
Precisamente, la calidad es lo que para la Dra. Carrasco va a ser el valor fundamental en los tiempos que están por venir en el marco de una crisis sanitaria y económica. “En algo como es la salud y la dermatología estética, es fundamental establecer unos estándares de calidad y creo que eso se valorará. Las personas que vayan a un centro privado lo elegirán en función de la calidad del servicio”, afirma.
Material de protección
Cuando se le pregunta por lo más difícil en esta crisis apunta dos aspectos, uno técnico y otro personal. “Lo más complicado ha sido encontrar material de protección suficiente para tener en stock y darnos seguridad para una reapertura y además que este material nos permita trabajar de una manera cómoda, eficiente. Un ejemplo son las gafas de protección: yo tengo que estar segura, pero también tengo que ver bien para poder hacer ciertos procedimientos como los rellenos faciales. He llegado a comprar 4 tipos de gafas para tirar 3 y quedarme finalmente con unas. El reto de la privada ha sido ese”, asegura la Dra. Sara Carrasco quien reconoce que se ha apoyado en sus proveedores habituales para este tipo de compras, y también en la AEDV.
Las dificultades técnicas han sido una parte de la complejidad que ha acarreado la pandemia por coronavirus, la otra está “en la emocional, ha sido la parte más difícil, gestionar las emociones de los pacientes. Porque hay personas que, dentro de lo molesto de la situación, no han pasado problemas graves, pero otras han visto cómo sus familiares han fallecido sin ni siquiera poder acudir a despedirles”.
Otro de los aspectos que, en Medicina, y en concreto en Dermatología, es importante porque hasta ahora ha estado implícito a la formación y actualización de estos especialistas son las reuniones presenciales en formato de congresos, cursos, eventos. En este sentido, la Dra. Carrasco lo tiene claro: “esta pandemia ha acelerado un proceso natural de digitalización de servicios que ahora se hacen a través de webinars, pero que en un futuro imagino que se transformará a otra cosa, no sé, quizás un Netflix para formación. Los cursos formativos en digital han venido para quedarse”.
En relación con la parte de relaciones sociales que se pierden en la formación online, considera que no todo será online. “Nos haremos más selectivos, los congresos no pueden desaparecer, pero sí reducirse, porque ya estábamos sobre saturados. No podremos ir a tantos. La parte más generalista entiendo que desaparecerá y se concentrará en intereses por sectores. Pero, aún así, mucho será digital. No creo que no se pueda socializar así, es diferente, pero no se invalida. Nuestros hijos no tienen ningún problema para hacerlo”.