Coronavirus | “Estamos diseñando cómo ponernos de nuevo en marcha”
28 abril, 2020El estudio COVID Piel muestra la primera clasificación de las manifestaciones cutáneas de la COVID-19
30 abril, 2020Si hay algo que acompaña a los grandes desastres son soluciones o ideas que cambian, y mejoran, para siempre la rutina del ser humano en ciertos procesos. En medicina, son muchos los procedimientos que se han consolidado tras su aplicación eficaz en una guerra y que, posteriormente, han contribuido a salvar miles de vida. Por ejemplo, el sistema de triage se formalizó durante la Primera Guerra Mundial y la penicilina, aunque descubierta en 1928, no fue ampliamente usada hasta la Segunda Guerra Mundial.
La telemedicina es un sistema de trabajo que lleva años mostrando su eficacia dentro de distintos hospitales y en servicios de atención sanitarios de lugares donde no es fácil contar con un especialista, como un pueblo pequeño, una prisión o para pacientes con movilidad reducida. También se está implantando cada vez más como una herramienta que agiliza la interacción entre médicos y pacientes. Sin embargo, todavía son muchos los hospitales que no cuentan con esta herramienta bien por una falta de convencimiento o por una decisión organizativa pospuesta una y otra vez.
Desde hace 15 años, el Dr. David Moreno, director de la Unidad de Gestión Clínica del Hospital Universitario Virgen Macarena de Sevilla, insiste en las bondades de la teledermatología y en lo poderoso que puede ser un hospital si utiliza adecuadamente la tecnología en favor del paciente y de su personal sanitario. Su implantación en la zona poblacional que atienden, la asimilación de este sistema por parte del personal de Dermatología y de los médicos de Atención Primaria y algunos ajustes en el sistema de citas programada han permitido atender a todos los pacientes dermatológicos programados.
“Desde mediados de marzo, hemos incorporado al sistema propio de teledermatología un sistema de teledermatología directa y un programa de farmacia hospitalaria. De esta manera, hemos podido diagnosticar y tratar a los pacientes que estaban programados para una cita en el hospital, pero sin necesidad de desplazarse de su casa. Sólo han venido los casos que no podían esperar como los pacientes con un melanoma de rápido crecimiento o con una metástasis, algún tumor hemorrágico, etc.”, señala el Dr. Moreno.
A lo largo de estos días, de los 13 dermatólogos que conforman el servicio, 12 han estado trabajando desde casa, accediendo al sistema de telemedicina del hospital, a la historia del paciente y a otros aplicativos. Tan sólo él ha acudido de forma presencial al hospital. “En nuestro hospital ha habido dos plantas dedicadas por entero a pacientes COVID-19, pero no ha estado sobrepasado por los casos. Los dermatólogos hemos estado disponibles, pero no ha hecho falta que nos dediquemos a otra cosa. La dirección médica ha considerado que era más importante que siguiéramos con nuestra actividad”, explica.
Una jornada con pocos desplazamientos
Su rutina ha sido pues distinta a la de sus compañeros, que no han tenido que salir de sus casas para trabajar: “en mi caso, cada día, antes de las 8 de la mañana, repartía con la ayuda de una persona de administración las tareas a cada dermatólogo. Algunos días me tocaba atender consulta telefónica, mientras que jueves y viernes tenía consulta física y quirófano. Además, atendía las interconsultas de enfermos ingresados en el hospital. Incluso estas consultas se han solucionado en más del 80% de las ocasiones por teledermatología, ya que para minimizar el riesgo de contagio intentaba desplazarme lo menos posible”.
Esa actividad sin parones, a diferencia de lo que ha ocurrido en otros hospitales, ha permitido no aumentar la lista de espera. “Hemos atendido unos 4.600 pacientes en seis semanas. Las consultas telefónicas han sido resolutivas, con un diagnóstico y tratamiento, en un 90% de los casos. Además, unas 20 especialidades más han mantenido una actividad importante a través del sistema de telemedicina. Después de 15 años intentando convencer de este modelo, ha tenido que venir esta pandemia para que se vean sus ventajas”, reflexiona este especialista.
El Dr. Moreno señala que, en estas semanas, han sido muchos los médicos que se han interesado por este modelo de telemedicina. “Cada día me llegan varios correos preguntándome detalles. No me extraña, porque el sistema de atención tiene que cambiar, las salas de espera no pueden estar como antes, llenas de personas. La actividad presencial podría reducirse perfectamente al 30%-40%. O se plantea un sistema alternativo, como puede ser la teleconsulta, o las listas de espera se dispararán dos o tres años”.
Un cambio de paradigma
Este dermatólogo apunta cómo la pandemia ha evidenciado la necesidad de un cambio de paradigma médico y cultural. “El paciente vendrá al hospital cuando realmente le aportemos valor, si no es así, le atenderemos a través de teledermatología en menos de 24 horas. Esto es aplicable a cualquier tipo de especialidad. Y, aunque hay ciertos pacientes que tienen que acudir al hospital, como pueden ser aquellos con un melanoma o psoriasis grave, lo harán de otra manera. Por ejemplo, el paciente acudirá a una consulta en la que se le hará una prueba médica necesaria, que se habrá prescrito de antemano, y cuyo resultado se dará vía telemática en muchos casos”, señala.
Este especialista señala que los médicos, los hospitales, las clínicas o las consultas tendrán que rediseñarse para atender al paciente. Seguramente, adelanta, en dermatología estética serán necesarias imágenes en movimiento, más que una fotografía, pero la teledermatología también puede ser útil en este caso para evitar consultas antes y después de ciertas intervenciones. “Con esta herramienta, todo se hace de manera muy eficiente, porque cuando el paciente viene al hospital acude ya con sus estudios hechos y se va con un tratamiento, es una consulta finalista”, señala el actual presidente de la Sociedad Internacional de Teledermatología.
La pandemia de coronavirus y la teledermatología, argumenta, han hecho que los dermatólogos se enfrenten a una necesidad: hacer dermatología con el paciente en casa. “Es posible que en este momento la sociedad necesite médicos que puedan tomar decisiones sin tener que tocar o tener delante al paciente, porque ahora podemos ver sólo al 30% de los pacientes que antes veíamos para evitar aglomeraciones”.
Por último, insiste en que la telemedicina no es una opción B de peor calidad, “en accesibilidad al paciente y en diagnóstico precoz supera a la atención convencional”.