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Las cuestiones relacionadas con el cabello (desde cómo potenciar su crecimiento hasta evitar su caída, pasando por su estética o conservación) han favorecido el lanzamiento de numerosos productos, algunos de ellos sin el mínimo respaldo científico y a los que, frecuentemente, una publicidad engañosa atribuye efectos supuestamente milagrosos.
Sin embargo, la realidad es que una visita al dermatólogo, que es el profesional específicamente preparado, constituye el medio más sencillo y eficaz para acertar con el tratamiento adecuado y el producto más conveniente, en función de las características de cada tipo de cabello.
Tras las vacaciones de verano, la vuelta a la normalidad exige tener algunos detalles que le vienen muy bien al pelo. Frecuentemente, el descanso estival se ha visto acompañado por un sol ardiente y la sal del agua de mar, con las repercusiones que conllevan para el cabello. Quiénes hayan seguido las recomendaciones de su dermatólogo (protección frente a los rayos solares, lavados y uso de los champús adecuados) inician la nueva estación en condiciones favorables. Pero deben tener en cuenta que, en el otoño el pelo se renueva y esos cabellos que se caen, reaparecerán al cabo de unos meses. En caso necesario, es un buen momento para consultar a su dermatólogo.
En esta estación, siempre resulta mucho más seguro guiarse por los consejos de un dermatólogo, a la hora de aplicar cualquier tratamiento y no tomar las primeras vitaminas que le aconseje cualquier amigo o dejarse deslumbrar por una publicidad agresiva.
El cuidado del cabello tiene también un notable componente estético, lo que resulta muy importante en una sociedad donde la imagen personal adquiere un gran protagonismo. Pero hay que subrayar que la auténtica belleza únicamente puede asentarse sobre la base de un cabello sano. Para combinar adecuadamente ambas cosas, salud y belleza, resulta imprescindible seguir las indicaciones del dermatólogo, especialista en esos detalles que, nunca mejor dicho, vienen al pelo.
Dr. Miguel Aizpún
