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3 abril, 2020Desde el Grupo Español de Investigación en Dermatitis de Contacto y Alergia Cutánea (GEIDAC), queremos ofreceros unos consejos dirigidos a ciertos colectivos como sanitarios y cuerpos de seguridad para minimizar el impacto de los equipos de protección individual (EPIs) sobre la piel. Algunas de estas recomendaciones también serán útiles para la población general.
La pandemia que ha provocado el SARS-CoV-2 ha hecho que adoptemos medidas de prevención excepcionales entre la población general y, en especial, entre el colectivo más expuesto (personal sanitario, cuerpos de seguridad…) para evitar la propagación del virus. Estas medidas consisten en el uso de mascarillas, guantes, lavado frecuente de manos con gel hidroalcohólico y uso de otros EPIs más específicos.
Como consecuencia de estas medidas necesarias se está observando un incremento en la aparición, empeoramiento o sobreinfección de patología cutánea. Entre las alteraciones más frecuentes encontramos dermatitis de contacto irritativa, sobre todo en las manos, y exacerbaciones de enfermedades preexistentes tales como acné, rosácea, dermatitis seborreica, dermatitis atópica y urticaria por presión.
La piel y las mucosas actúan como primera línea de defensa contra los agentes externos. Debemos intentar mantener esa barrera lo más intacta posible para que continúe ejerciendo su función correctamente. Así como tratar de forma precoz las posibles alteraciones que puedan aparecer.
El objetivo de este documento es dar recomendaciones para minimizar los daños colaterales derivados del uso de estas medidas de protección. La aparición de patología cutánea persistente debe ser valorada y tratada por el Servicio de Dermatología. El tratamiento de estas lesiones no es el objetivo de este artículo.
1.- Medidas de protección de las manos
-Higiene de manos
La limpieza de manos es fundamental para la correcta evitación de transmisión del virus. Tenemos dos formas de realizar esta higiene:
a) Higiene con agua y jabón: se recomienda usar jabones antisépticos o neutros.
b) Higiene con soluciones hidroalcohólicas: el uso de estas sustancias está muy extendido debido a su fácil y rápido uso. El gel hidroalcohólico no está diseñado para desinfectar superficies, sino para desinfectar la piel. Su uso sobre superficies puede crear residuos con riesgo de contaminación.
Se recomienda la higiene con agua y jabón antes y después de la jornada laboral, si se objetivan o se sospecha suciedad o contaminación con fluidos contaminados (sangre, saliva…), antes de comer y después de ir al baño. El resto de higiene se podría realizar con soluciones hidroalcohólicas.
-Uso de guantes
Se recomienda el uso de guantes de nitrilo o látex, ya que los guantes de vinilo son permeables. Además, se aconseja el uso de guantes sin polvo para minimizar la formación de residuos.
Lo ideal es usar una única capa de guantes o dos capas en algunas situaciones concretas que lo requieran (siempre realizando estricto lavado de manos entre paciente y paciente). En ocasiones, se hace un uso incorrecto llevando doble o triple capa de guantes, sin cambiar el primer par de guantes y realizando higiene con soluciones hidroalcohólicas sobre ellos, durante largas horas de jornada laboral. Esto hace que el personal sanitario tenga una sensación de “falsa seguridad”.
No se recomienda la higiene sólo sobre el guante ya que podría crear un residuo que provocaría una contaminación. Siempre se debe realizar la higiene sobre la piel. Además, el guante es poroso y pierde la impermeabilidad a los 20-30 minutos de uso, motivo por el que debemos cambiarlo.
La falta de recambio del guante favorece la maceración de las manos provocando una dermatitis irritativa de contacto.
Insistimos en que nunca se deben poner guantes sobre las manos húmedas, ya que este gesto podría causar una maceración que desencadenaría una dermatitis de contacto irritativa.
Es necesario el uso de guantes siempre que se vayan a manipular sustancias potencialmente tóxicas tales como toallitas desinfectantes.
-Hidratación
Es importante el uso frecuente de emolientes para prevenir el desarrollo de patología cutánea.
Estas cremas las aplicaremos tantas veces como nos lo permita nuestra jornada laboral y fuera de ella.
Es de extrema importancia usarlas durante el descanso nocturno.
Ante la aparición de lesiones cutáneas se debe contactar con el Servicio de Dermatología que pautará el tratamiento más adecuado.
2.- Medidas de protección a nivel facial. Mascarillas
Para que la mascarilla cumpla su función debe ajustarse correctamente a la cara, este hecho unido a su uso durante largas horas de jornada laboral favorece la aparición de xerosis, eritema, eccema seborreico, acné, rosácea o empeoramiento de patología preexistente.
Para evitar la aparición de esta patología proponemos:
-Evitar usar maquillaje.
-Usar cremas hidratantes adecuadas para su tipo de piel y edad.
-Lavar la cara con agua templada y jabones limpiadores suaves y sin fragancias, evitando sustancias potencialmente irritantes.
-Si se identifican problemas cutáneos con un tipo concreto de mascarilla, intentar usar otra similar (en cuanto a nivel de protección) de materiales diferentes.
3.- Medidas de protección frente a los EPIs para profesionales
–Uso de gafas y pantallas
Entre los EPIs que usamos se encuentran las pantallas, gafas anti salpicaduras y gafas estancas, siendo estas últimas las más problemáticas.
El uso de gafas estancas durante muchas horas favorece la aparición de eritema o urticaria por presión, prurito, dermatitis de contacto o empeoramiento de patología cutánea preexistente.
Para evitar la aparición de estas alteraciones, recomendamos:
–Aplicación de hidratantes faciales antes de colocarse los EPIs, para proteger la piel en las zonas de roce y reforzar su uso después de retirar los EPIs para tratar el eritema o edema que se haya podido producir.
-Usar equipos que se ajusten al macizo facial sin crear daño por presión. En la medida de lo posible, se alternarán distintos tipos de gafas que se ajusten en diferentes zonas. Si esto no es posible, se puede proteger la zona de presión con apósitos tipo tirita o apósitos hidrocoloides.
–Uso de batas impermeables (buzos)
El uso de batas impermeables o buzos durante muchas horas favorece la aparición de hiperhidrosis que puede causar alteración de la microbiota cutánea, aparición o empeoramiento de dermatitis de contacto irritativa en pliegues, empeoramiento de patología preexistente…
Para evitar estas alteraciones, se recomiendan duchas cortas con agua templada y emolientes a diario tras la retirada de los EPIs en el centro de trabajo siempre y cuando las condiciones lo permitan, en su defecto, se debe realizar en el domicilio.
Si aparecen lesiones que no se resuelven con estas medidas, se recomienda contactar con el Servicio de Dermatología y Salud Laboral para realizar un correcto tratamiento y aconsejar medidas de manejo adecuadas con el objetivo de mejorar la patología.
–Uso de gorros o EPIs con capucha (buzos)
El empleo prolongado de sistemas que ocluyan el cuero cabelludo puede provocar la aparición o empeoramiento de patología cutánea preexistente como prurito, foliculitis, dermatitis seborreica…
Para evitarlo se recomienda:
-Llevar el pelo corto o recogido durante el trabajo.
–Lavar el pelo, antes que el cuerpo, tras retirada del EPI con agua templada y champús neutros, realizando un masaje con los pulpejos y nunca con las uñas.
Para concluir solo queremos trasladaros que todos somos conscientes de la importancia de extremar las medidas de prevención para evitar la transmisión del SARS-CoV-2. En este caso, la infraprotección nos pone a riesgo de un contagio potencialmente evitable y la sobreprotección provoca el malestar del personal sanitario trabajando en condiciones incómodas durante horas que, por otro lado, puede favorecer la aparición de patología cutánea.
Elaboración:
Araceli Sánchez Gilo. Hospital Universitario Rey Juan Carlos. Móstoles. Madrid
Juan Francisco Silvestre Salvador. Hospital General Universitario de Alicante
Miembros del GEIDAC