Coronavirus | “Quiero volver a la rutina y ver a mis pacientes de Dermatología”
21 abril, 2020El estudio COVID-Piel recibe miles de consultas sobre manifestaciones cutáneas de posibles casos de COVID-19
22 abril, 2020Cada vez son más los estudios y aportaciones médicas que existen sobre la efectividad de ciertos fármacos o decisiones sanitarias frente a la pandemia generada por el virus SARS-CoV-2. Gracias a esto, en cientos de hospitales y países se han empezado a tratar a los pacientes más graves con diferentes medicamentos. Sin embargo, los médicos deben de tener cuidado con las posibles interacciones y efectos adversos, que pueden ser importantes. Para ayudar a la toma de decisiones o conocer nuevos posibles tratamientos, se han puesto en marcha diferentes herramientas.
Una de ellas es obra del Centro de Educación e Investigación en Terapéutica de Arizona (AZCERT, según sus siglas en inglés), una organización sin ánimo de lucro dedicada al estudio del uso seguro de medicamentos, que acaba de lanzar MedSafety Scan. Se trata de una herramienta online de apoyo a las decisiones terapéuticas, que está disponible de forma gratuita para los profesionales médicos de todo el mundo, especialmente aquellos que ahora están tratando a pacientes afectados por la COVID-19.
No es la única iniciativa ya que la necesidad de conocer qué fármacos pueden administrarse a estos pacientes y cuáles pueden ser sus posibles interacciones es elevada. El Ministerio de Sanidad de España ha elaborado un protocolo para el manejo y tratamiento de estos pacientes que va actualizando permanentemente.
Desde la página web de la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS) se recogen aquellos tratamientos que se han venido utilizando en algunas de las estrategias terapéuticas en la COVID-19. La AEMPS señala a los profesionales sanitarios que consulten las fichas técnicas de los medicamentos que estén autorizados en lo relativo a las recomendaciones de dosis, advertencias y precauciones, posibles reacciones adversas e interacciones.
Esta cautela sobre los tratamientos es importante porque, entre otros aspectos, se conoce que varios de los medicamentos que ahora se prescriben para la COVID-19 (como la cloroquina, hidroxicloroquina o azitromicina) pueden causar una prolongación del intervalo QT en algunos pacientes y que, aunque es poco frecuente, parece ser más común en pacientes con COVID-19 muy graves, lo que puede derivar en una alteración grave del funcionamiento del corazón y aumento del riesgo de muerte.
Debido al gran número de personas con COVID-19 que están siendo tratadas con medicamentos que pueden prolongar el intervalo QT y a la necesidad de un manejo seguro por parte de los médicos, los impulsores de MedSafety Scan han adelantado su lanzamiento, que en un principio estaba previsto para julio.
“Nuestro objetivo es equipar a los médicos con esta importante herramienta de prescripción para enfrentar esta crisis global”, ha señalado en una nota de prensa el fundador y presidente de AZCERT, el Dr. Ray Woosley.
Esta herramienta utiliza una conocida base de datos, QTdrugs, junto con información del paciente para hacer recomendaciones que son relevantes para cada enfermo. El sistema informa de si alguno de los medicamentos que se va a pautar a un paciente está en el listado de fármacos QT y calcula el riesgo de que se produzca la prolongación QT. Además, también se evalúa las posibles interacciones medicamentosas y cuáles son las combinaciones de terapias contraindicadas.
En esta pandemia están siendo muchos los especialistas y residentes, sobre todo los de último año, involucrados en tratar pacientes afectados por el SARS-CoV-2. Un buen número de estos médicos se ha tenido que poner al día en poco tiempo en cuanto al manejo de estos pacientes. Las ayudas tanto de estamentos oficiales como de iniciativas privadas se están multiplicando para facilitar el trabajo de estos sanitarios en la preservación de la salud de millones de pacientes con esta nueva infección.
Inteligencia artificial, avances y límites
Pero no son sólo los sanitarios a pie de cama los que requieren de certezas frente a la pandemia, también los organismos internacionales las necesitan para establecer directrices en todo el mundo.
La inteligencia artificial (IA) se está utilizando por equipos de investigadores de todo el mundo para buscar nuevas terapias o analizar el impacto socioeconómico del virus. El Grupo de Investigación de Inteligencia Artificial de Altas Prestaciones (HPAI) del Barcelona Supercompunting Center-Centro Nacional de Supercompuntación (BSC-CNS) colabora en un proyecto que trata de conocer el impacto del distanciamiento social, encontrar indicadores y patrones que sirvan tanto a Naciones Unidas como a responsables locales en la toma de decisiones frente a esta pandemia. Es uno de los muchos proyectos en los que este centro está involucrado.
La herramienta desarrollada por la empresa vasca de Inteligencia Artificial Sherpa.ai, y que el Gobierno del País Vasco en su gestión, servirá para predecir las necesidades futuras de las unidades de cuidados intensivos en esta comunidad y establecer una previsión del uso de las UCIs a siete días vista. Los desarrolladores de esta herramienta señalan que también será útil para reconocer patrones y tendencias del virus o predecir futuros focos.
Son muchas las herramientas que actualmente están incorporándose en el mercado sanitario para predecir la evolución a corto plazo de la pandemia, detectar brotes de la infección o predecir tienen más riesgo de sufrir estos brotes. Un algoritmo basado en la inteligencia artificial de la compañía canadiense BlueDot emitió un aviso a sus clientes el pasado 31 de diciembre diciendo que evitaran la zona de Wuhan y vaticinó a qué ciudades podía extenderse el virus.
No obstante, la propia ONU ha advertido hace unos días a través de un informe que muchas de estas tecnologías basadas en la inteligencia artificial necesitan todavía madurar para poder ofrecer un servicio eficaz frente al coronavirus.
Esta pandemia puede ser una oportunidad para validar alguna de estas herramientas y nuevas tecnologías que prometen ser una ayuda tanto para médicos como para sistemas sanitarios de todo el mundo. El tiempo dirá cuáles son una verdadera ayuda y cuáles se quedaron en una promesa.