Técnicas infiltrativas, una propuesta de dermatología estética a todos los dermatólogos interesados desde un punto básico y avanzado
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21 noviembre, 2020Estaban en el punto de mira al inicio de la pandemia. Los pacientes con conectivopatías eran los que más preocupaban a los dermatólogos, ya que su tratamiento se basa en el uso de fármacos que también altera la inmunidad, como el SARS-CoV-2. ¿Tienen más riesgo de COVID-19? ¿Cambia su pronóstico por el hecho de estar tomando un medicamento concreto para su enfermedad?
Para contestar estas preguntas, el Dr. Antonio Guilabert Vidal, del Hospital General de Granollers (Barcelona), ha hecho una revisión de la literatura existente sobre este tema que expone en la sesión organizada por el Grupo de Trabajo de Enfermedades Autoinmunes y Sistémicas (GEDEAS) denominada ‘Perlas en enfermedades autoinmunes dermatológicas y ampollares’, que se ofreció este viernes en el I Congreso AEDV Virtual Otoño 2020.
En su ponencia, ‘COVID-19 y conectivopatías: ¿disponemos de alguna evidencia sobre manejo y pronóstico?’, el Dr. Guilabert Vidal ofrece las conclusiones que ha obtenido tras un gran trabajo de revisión: “hay mucha información, que puede ser contradictoria, está poco segregada, porque se incluyen muchos tipos de pacientes, de otras enfermedades, trasplantados, reumatológicos… Además, también ha habido, por parte de las revistas científicas, mayor predisposición a publicar. Hay que hacer un esfuerzo para llegar a conclusiones más o menos generales”.
Una de las primeras conclusiones que se pueden extraer es que las enfermedades autoinmunes por sí mismas no predisponen a sufrir la COVID-19. “También hay que tener en cuenta que este tipo de pacientes se protegen más, y tienen cierta predisposición a hacer teletrabajo. Por todo esto, no parece que los pacientes con enfermedades autoinmunes tengan más riesgo a contagiarse”, señala.
Qué pasa con los tratamientos
Pero sí hay diferencias, sobre todo, con los fármacos. “Un fármaco que damos mucho los dermatólogos y que estuvo en boca de todos ha sido la hidroxicloroquina. Los pacientes se sentían tranquilos porque habían oído que la hidroxicloroquina podía ser buena. Pero lo que sabemos ahora es que parece que tiene un efecto nulo sobre la enfermedad: ni aumenta el riesgo ni lo reduce”, señala este especialista.
Otro grupo de fármacos del que se ha hablado mucho es el de los inmunosupresores, como la ciclosporina, metotrexate, etc. “En monoterapia, no parece que ninguno de ellos aumente el riesgo en general. Es cierto, que hay artículos que dicen lo contrario, pero cuando miras la tendencia de la gran masa de artículos y los estudios de más calidad, se podría decir que en monoterapia los inmunosupresores no parecen que incremente la probabilidad de contraer la infección por SARS-CoV-2 en pacientes con conectivopatías, ni tampoco los biológicos”.
Lo que sí se ha visto es que estar recibiendo varios inmunosupresores a la vez sí aumenta el riesgo de esta infección. “Esto puede ocurrir, por ejemplo, en pacientes que estuvieran con metotrexate y un biológico, ellos sí que podrían tener más riesgo que los que reciben estos fármacos en monoterapia”, apunta este dermatólogo.
Por otro lado, hay un grupo de fármacos que parece que tienen un efecto protector: los anti TNF alfa. “Esto tendría que ver con la activación inmunológica, la tormenta de citoquinas que hacen los pacientes con COVID-19 más grave. Los anti TNF alfa (que son fármacos que damos sobre todo en el contexto de la psoriasis) no sólo no hay que quitarlos en plena pandemia, sino que además generan protección”.
En cambio, señala el Dr. Guilabert Vidal, sí se podría plantear retirar los corticoides en fase concretas de la enfermedad. “Los corticoides a dosis altas parece ser que de entrada van mal (aumentan el riesgo a desarrollar COVID grave). Pero cuando la infección ya está instaurada, y el paciente tiene neumonía y distrés respiratoria, está intubado, los corticoides pueden ser beneficiosos. Por lo que la actitud frente a este medicamento varía según el timing de la enfermedad”.
Un fármaco que preocupaba porque afecta a la inmunidad humoral, el rituximab, que se utiliza para la enfermedad ampollosa inmunitaria, según la evidencia que hay en la actualidad, “tampoco aumenta el riesgo de sufrir COVID-19”.
Tras su revisión, el Dr. Guilabert Vidal considera que tanto dermatólogos como pacientes con conectivopatías pueden estar tranquilos. “Esto es lo que hemos aprendido con el paso de los meses”.
Rojo, amarillo y verde
Resumiendo lo comentado y estableciendo un semáforo para los tratamientos en las conectivopatías y la COVID-19, este dermatólogo destaca:
“En el faro rojo del semáforo, pondría a los corticoides a dosis medias y altas, en el amarillo, al rituximab, en el verde-amarillo, a los inmunosupresores y en el verde claro a los biológicos e inmunomoduladores. Por tanto, en la práctica clínica, lo que parece más razonable sería bajar la dosis de corticoides, intentar utilizar dosis bajas de inmunosupresores y, en ningún caso, utilizar simultáneamente 2 inmunosupresores, como infiliximab y metotrexate, por ejemplo”, concluye.
No te pierdas las sesiones de este sábado 21 de noviembre.