El papel de las manifestaciones cutáneas en la valoración de la COVID-19
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21 septiembre, 2020En la primera mesa de la mañana de este viernes 18 de septiembre, en el marco del I Congreso Nacional COVID-19, el aspecto emocional del impacto de la pandemia ha sido el eje central de tres ponencias. La última parte de la mañana ha sido para la atención a los mayores.
La mesa, denominada ‘La salud mental ante la pandemia de la COVID-19, ha sido moderada por el Dr. Víctor Pérez Solá, del Instituto de Neuropsiquiatría y Adicciones del Hospital del Mar (Barcelona), y en ella se han tratado tres aspectos del impacto en la salud mental: cómo la pandemia ha afectado a la población general, el efecto en la población sanitaria y las secuelas en los pacientes.
El Dr. Manuel Martín Carrasco, Director médico de los centros de Hermanas Hospitalarias en Navarra (Clínica Psiquiátrica Padre Menni de Pamplona y Centro Hospitalario Benito Menni de Elizondo) y Vicepresidente de la Sociedad Española de Psiquiatría, ha señalado que se dispone ya de un buen número de trabajos y de varias revisiones sistemáticas sobre cómo la pandemia ha afectado a la salud mental de la población.
Aunque hay ya muchos estudios publicados, sus características, calidad y metodología varía mucho por lo que los datos hay que tomarlos con cautela, ha advertido este especialista.
Se ha visto que ha habido un aumento de los síntomas depresivos. Los factores de riesgo son ser mujer joven, menor de 40 años, estudiantes, con un nivel educativo bajo, vivir en una ciudad, la presencia de soledad, mala salud (física o psíquica), preocupación alta, sin hijos, estar en paro, tener una alta exposición a noticias sobre la pandemia, y haber sufrido un periodo de confinamiento prolongado.
También se ha detectado un aumento de síntomas de ansiedad. Siendo los factores de riesgo similares a los mencionados: alta exposición a noticias sobre la pandemia, periodo de confinamiento prolongado, estar en contacto con algún afectado.
La aparición de estrés postraumático (insomnio, sueños relacionados con la pandemia, síntomas disociativos de la realidad) se ha identificado en una prevalencia muy variable. Los factores de riesgo han sido también ser mujer, tener una edad inferior a 40 años, cercanía a zonas expuestas o críticas de un gran número de casos, sueño pobre, soledad, mala salud percibida…
En resumen, se ha observado que la pandemia ha generado un aumento de ansiedad, depresión y estrés postraumático. Entre las causas que están detrás de este incremento, que son de carácter especulativo ya que los estudios no han buscado causalidad, el Dr. Martín Carrasco ha resumido en la mayor prevalencia de trastornos mentales (tipo estrés y ansiedad) que se da entre las mujeres, que sean ellas las que suelen ocupar en mayor porcentaje las actividades de riesgo (trabajos en centros comerciales, cuidadoras, más expuestas a las circunstancias negativas de la pandemia).
Los jóvenes suelen sufrir más incertidumbre ante el futuro, los efectos del paro, también tienen más compromiso con el cuidado de los hijos o las personas mayores, y una peor situación económica. Estos mismos aspectos se han observado en otras crisis.
Pero también ha enumerado otros motivos a nivel global que pueden estar detrás de la aparición de ansiedad, depresión o estrés postraumático:
- Repercusión directa de la infección
- El duelo por pérdida de familiares y amigos
- Desempleo
- Medidas de confinamiento
- Incertidumbre económica
- Carencias sanitarias: atención primaria, salud mental
Habría que tener en cuenta varias medidas para minimizar estos problemas en el futuro porque se prevé que aumenten los trastornos mentales por la pandemia y por la recesión económica:
-Mejorar la atención en los grupos de riesgo: mujeres, jóvenes estudiantes, personas con mala salud.
-Mejorar la calidad y coherencia de la información.
-Mejorar la flexibilidad del acceso a la salud mental y paliar las consecuencias de la pandemia.
En cuanto a las medidas individuales que cada uno puede poner en marcha, este especialista enumera: hay que tener en cuenta que es una situación que no ha terminado y que tenemos que seguir afrontando, en la que no hay soluciones globales, cada uno tenemos que afrontar nuestro ritmo de vida, conservar aspectos positivos, descansar (es posible que haya un cansancio acumulado), reanudar cuidados en salud, limitar el flujo de noticias, mantener hábitos de vida saludables (alimentación, sueño, evitar alcohol) y saber que, a veces, hay que optar por ayuda profesional.
Respuesta emocional de los sanitarios
El Dr. Celso Arango López, Director Instituto de Psiquiatría y Salud mental del Hospital General Universitario Gregorio Marañón (Madrid), ha tratado el impacto de la pandemia en la salud mental de los profesionales sanitarios.
“Las dimensiones de esta pandemia no tienen parangón ni en la densidad (se alarga en el tiempo), ni en las características (algo que desconocemos como médicos). Y esto ha generado preocupaciones entre el personal sanitario que van desde el miedo a la infección (a infectarme y a llevar a casa la infección), miedo altruista de no dejar a los compañeros tirados, falta de protección y de apoyo en el entorno laboral”, ha destacado.
El Dr. Arango ha presentado un meta-análisis y revisión sistemática publicado en Journal of affective disorders realizado con más de 34.000 profesionales sanitarios expuestos al coronavirus. Lo que se ha visto es que más de un 50% de ellos ha tenido preocupación por su salud, casi un 50% miedo, más de un tercio insomnio (por cambios de turnos, exposición, incertidumbre sobre lo realizado…), sensación de estigmatización...
Sus mayores preocupaciones han sido el colapso del sistema nacional de salud, las escasas medidas de protección, el infectarse ellos mismos, a familiares y/o a compañeros.
Cuando se compara población sanitaria y general, se ve que la población sanitaria tiene mayores problemas de insomnio, ansiedad y síntomas de depresión, así como problemas de somatización (dolores de cabeza, problemas gastrointestinales), obsesiones y compulsiones (“he hecho todo lo que tenía que hacer”) y mayor nivel de estrés.
Para concluir, el Dr. Arango ha señalado que “estamos mejor preparados, pero no nos ha dado tiempo de liberarnos de la carga emocional que sufrimos en la primera ola, el personal está cansado, las falsas expectativas no sirven de ayuda y hay grupos vulnerables dentro de los grupos de riesgo (población sanitaria). Por tanto, hay que cuidarse porque eso es invertir en una mejor respuesta, tenemos que crear herramientas para prevenir la aparición de estos síntomas y, si aparecen, saber que tienen tratamiento y no hacernos los fuertes, porque no pedir ayuda, puede cronificar los síntomas (insomnio, ansiedad) y acabar en trastorno”.
Por último, la Dra. María Pino Alonso Ortega, del Servicio de Psiquiatra del Hospital Universitario Bellvitge (Barceloan), ha tratado la patología psiquiátrica en pacientes con COVID19.
“Se sabe por el SARS o MERS, que los coronavirus pueden producir alteración del sistema nervioso central que pueden cursar con alteración psiquiátrica. Los estudios que hay señalan la aparición de síndromes confusionales. Otros estudios hablan de síntomas depresivos, algunos de percepción subjetiva de patología y de mayor incidencia de ansiedad. Se estima que los factores de riesgo son: ser mujer y tener antecedentes de trastornos mentales”, ha explicado la Dra. Alonso Ortega que ha advertido que, en este momento, se dispone de muy poca información de calidad todavía y que habrá que esperar para conocer mejor esta realidad.
La atención a los mayores
La última mesa de la mañana ha sido la de ‘Personas mayores y COVID-19’, moderada por las doctoras Fátima Brañas, del Servicio de Geriatría del Hospital Universitario Infanta Leonor (Madrid) y Maite Vidán, Jefe de sección del Servicio de Geriatría del Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid.
Casi el 15% de la población española tiene 70 o más años, de ellos casi 333.000 están institucionalizados en residencias lo que representa un 4%, ha señalado el Dr. Francisco Tarazona, del Servicio de Geriatría del Hospital Universitario de la Ribera (Valencia).
El Dr. José Augusto García Navarro, Geriatra y Director General del Consorcio de Salud y Social de Cataluña, ha hablado de las causas del gran impacto que ha tenido la pandemia en las residencias de ancianos. “Pasados los meses se ha visto la importancia de los pacientes asintomáticos, que también están en las residencias de los mayores, llegando a haberse detectado en algunas residencias que hasta el 70% de los residentes eran asintomáticos, como también lo eran el 50% de los trabajadores. Al principio, no se prestaba atención a este tipo de pacientes. También hay que tener en cuenta los otros síntomas no tan típicos de la infección, que ahora los conocemos, pero antes no. Nuestro aprendizaje de cómo se comportaba el coronavirus ha influido de manera directa en cómo el virus se expandió en las residencias de ancianos”.
También, ha señalado, cómo influye el diseño de las residencias. En España, hay unas 5.500 residencias y de estas en torno a un 50% son pequeños centros que favorecen enormemente la transmisión del coronavirus, por la cercanía de las zonas aisladas de las zonas donde están ancianos sin la infección.
La Dra. Brañas ha señalado que la COVID ha tenido un impacto más allá de las residencias. “El hospital ha sido un lugar más hostil si cabe para la persona mayor. Necesitamos hacer una reflexión sobre el impacto de la COVID en estos pacientes. Otras personas mayores han vivido la soledad, la pérdida, el deterioro funcional. Se les ha puesto en riesgo de la discapacidad, y también hemos visto cómo han empeorado la conducta en los pacientes con trastorno cognitivo”.
Por este motivo, “queremos analizar y llegar al fono de estas cuestiones, para que los errores no se repitan y para que esta pandemia nos haga reflexionar sobre la atención que le damos a las personas mayores”, ha concluido esta especialista.
Durante la mañana de este viernes 18, también se ha tratado los aspectos dermatológicos de la infección por SARS-CoV-2 y el papel de la autopsia. Puedes leer un resumen en el siguiente enlace.
Si quieres acceder a los vídeos de las ponencias de este día ya celebradas, puedes verlos en este enlace.
Si quieres seguir en directo las ponencias de esta tarde, las puedes ver en este enlace. Recuerda que esta tarde será el tiempo para hablar sobre el daño vascular, el riñón, y la enfermedad cardiovascular. Tendrá lugar la conferencia especial: Oportunidades de cribado durante la COVID-19.
Mañana sábado será el último día del I Congreso Nacional de COVID-19 donde se hablará de anestesiología y reanimación, medicina intensiva, y tendrá lugar a las 12.30 la clausura. ¡No te la pierdas!