¿Cómo es la respuesta inmunitaria frente a SARS-CoV-2?
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Parecía una de las más aventajadas, sin embargo, la vacuna de la farmacéutica británica AstraZeneca y la Universidad de Oxford ha sufrido un revés en su camino al detectarse, en uno de los participantes, una “enfermedad potencialmente inexplicable”. Sin embargo, unos días después del parón en este ensayo en fase 3 contra la COVID-19 , se anunciaba la reanudación del estudio después de que la universidad dijera que un comité independiente había revisado toda la información y que era seguro continuar con él.
Este tipo de interrupciones no son infrecuentes en ensayos como estos, señalan algunos investigadores independientes -según recoge el medio Nature.com–. Este hecho muestra el cuidado con el que se están llevando a cabo estos estudios que tratan de encontrar una vacuna eficaz contra el SARS-CoV-2.
Todavía no se sabe si este revés puede tener un impacto directo en nuestro país, ya que el ministro de Sanidad, Salvador Illa, había anunciado que España podría recibir 3 millones de dosis de la vacuna de Oxford (los detalles de su desarrollo se explican más abajo) en diciembre.
La decisión de interrumpir temporalmente el ensayo de la vacuna de Oxford respalda el compromiso de las empresas farmacéuticas de cumplir todos los pasos de seguridad que requiere la aprobación de una vacuna. Además, el pasado 8 de septiembre un grupo de nueve de las grandes empresas que están en pleno desarrollo de una vacuna contra la COVID-19 publicaba un comunicado en el que se comprometen a mantener los estándares científicos y éticos en la búsqueda de una vacuna.
De esta manera, AstraZeneca, Johnson & Johnson, BioNTech, GlaxoSmithKline, Pfizer, Merck, Moderna, Sanofi y Novavax han querido manifestar a la sociedad su “compromiso histórico” en esta pandemia y aclarar que su objetivo “es perseguir la seguridad y el bienestar de las personas vacunadas” y, por otro lado, responder así a las presiones del Gobierno de Donal Trump que promete contar con una vacuna antes de las elecciones del 3 de noviembre en Estados Unidos.
Según una actualización del 3 de septiembre realizada por la revista Nature Revieww Drug Discovery, hay 321 proyectos que analizan un candidato a vacuna (casi 3 veces más de lo publicado anteriormente por la Organización Mundial de la Salud). La mayoría de estos productos se encuentran en fase preclínica, es decir, se están estudiando en animales o en cultivos celulares en el laboratorio (in vitro). En esta fase lo que se persigue es confirmar que el producto es seguro y efectivo, identificar posibles efectos secundarios y conocer la dosis adecuada.
Un paso por delante se encuentran otros 33 proyectos, pues han superado la fase preclínica y están en fase clínica que a su vez abarca al menos 3 fases: en la primera se prueba la vacuna en pequeños grupos de 20 a 100 personas, en la segunda, se evalúan los efectos secundarios en varios centenares de voluntarios y en la fase 3, se prueba la vacuna en miles de voluntarios para conocer datos estadísticos de su efectividad y seguridad e incluso poder detectar otros efectos secundarios que no se hayan visto en la fase 2.
Se planea involucrar a más de 280.000 participantes de al menos 470 lugares diferentes en 34 países distintos.
De estos 33 proyectos, seis (o siete, si se tiene en cuenta a la vacuna rusa) están en la fase más avanzada, la 3, aunque a veces, las vacunas se someten a una cuarta fase después de su aprobación para recabar aun más información.
Vacunas en fase 3
Las vacunas que están compitiendo en esa fase 3 son las siguientes:
La que abandera el Instituto Jenner de la Universidad de Oxford (Reino Unido) en el que participa la farmacéutica AstraZeneca. Era el proyecto europeo más avanzado en el continente y el ensayo en fase III, interrumpido desde este martes 8 de septiembre, se estaba realizando en Estados Unidos, Reino Unido, Brasil y Sudáfrica. La vacuna utiliza una versión atenuada de un virus que causa resfriados en chimpancés. La compañía había iniciado la producción de esta vacuna en paralelo a su estudio por lo que estimaba poder contar con la vacuna para octubre o noviembre de este año, algo que ahora es incierto. La Comisión Europea tenía firmado un acuerdo con AstraZeneca para la compra de 300 millones de dosis. Previamente, Alemania, Francia, Italia y Países Bajos habían firmado otro acuerdo para el suministro de hasta 400 millones de dosis destinadas a toda la población de la UE. España se había sumado recientemente a estos países con la compra de 30 millones de dosis y el derecho de pode adquirir otros 10 millones de viales.
La farmacéutica Moderna, en colaboración con el Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas (NIAID) de Estados Unidos, ha diseñado una vacuna a partir del ARN mensajero (mRNA-1273) combinado con el código genético del virus. Actualmente, se está probando su eficacia en un ensayo en fase III con 30.000 estadounidenses. La compañía ha anunciado que espera ofrecer su vacuna a un precio estaría entre los 32 y 37 dólares por dosis. Según ha publicado la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios, España participará en su proceso de producción. La farmacéutica acaba de firmar un acuerdo por el que suministraría 80 millones de dosis a la UE. El acuerdo alcanzado entre Moderna y la CE también contempla que los Estados Miembros adquieran 80 millones de dosis adicionales hasta un total de 160 millones.
El proyecto ‘Lighspeed’ de BioNTech y Pfizer (Alemania/Estados Unidos) está basado en ARN mensajero sintético. Durante su desarrollo, se han ido estudiando 4 variantes de este ARN mensajero llamado BNT162. Dos de ellas incluyen nucleótidos modificados de ARNm, una incluye uridina de ARNm y la cuarta emplea ARNm auto ampliable. Cada formato de ARNm se combina con una formulación de nanopartículas lipídicas. Dos de las vacunas incluyen la secuencia completa de la proteína de espiga del virus y en las otras dos está presente un receptor de unión de la proteína de espiga optimizado. Según datos presentados a finales de julio, las compañías han elegido la BNT162b2, una de las dos variantes que presentan nucleótidos modificados de ARNm para el ensayo en fase III que se está llevando a cabo en Argentina, Brasil, Alemania y Estados Unidos. Según señala Pfizer, si los resultados son buenos, se podrían producir hasta 100 millones de dosis para finales de 2020 y en torno a 1.300 millones de dosis a finales de 2021.
La compañía china CanSino Biologics en colaboración con el Instituto Científico Militar de China, ha logrado recibir la aprobación para la primera patente de una vacuna contra el coronavirus, la Ad5-nCOV, aunque todavía se encuentra en pruebas, en un ensayo en fase III. Se trata de una vacuna de vector viral (un adenovirus), con una fórmula de nueva generación que libera material genético del coronavirus en el cuerpo, y que parece muy segura a priori según los datos publicados en The Lancet de la fase I y de la fase II, algo que debe ser confirmado en ese ensayo que se está realizando en Arabia Saudí con 5.000 personas. Comenzó a usarse a finales de junio en el ejército chino después de que un equipo dirigido por el investigador Che Wei descubriera un anticuerpo monoclonal neutralizante altamente eficiente.
Otra compañía china, Sinovac, propone una vacuna del SARS-CoV-2 inactivo y purificado. La empresa ha llegado a un acuerdo con 12 centros de investigación en Brasil que son los que han puesto en marcha la fase III el pasado mes de julio cuyo objetivo es probarla en unos 9.000 profesionales sanitarios. El director del Instituto Butantan de Sao Paulo, Dimas Covas, ha señalado que se podrían conocer los resultados en octubre o noviembre y anunciado un acuerdo al que se ha llegado con Sinovac para empezar a vacunar a la población en enero de 2021.
La compañía china Sinopharm, el Instituto de Productos Biológicos de Wuhan y Sinopharm y el Instituto de Productos Biológicos de Pekín tienen en marcha otra vacuna que también está en fase III. Este proyecto trabaja en dos candidatas, una basada en fragmentos de coronavirus y la otra en virus inactivados. Este ensayo se está realizando en Emiratos Árabes Unidos con 15.000 participantes, tras demostrar capacidad para generar una respuesta inmune frente al SARS-CoV-2 en diferentes ensayos publicados en la revista JAMA.
Por último, en el grupo de los avanzados, podría estar la vacuna rusa, registrada por el Instituto de Investigación Gamaleya en colaboración con el Ministerio de Sanidad ruso. Se trata de un producto basado en adenovirus con genes inactivados del SARS-CoV-2.
Desde que Vladimir Putin presentara en la segunda semana de agosto este prototipo de vacuna, al que se ha denominado Sputnik V, las dudas sobre su seguridad y eficacia se multiplicaron, sobre todo porque no se habían presentado resultados de ensayos clínicos en fase I y II. Datos que, recientemente ha publicado la revista The Lancet y que parece mostrar seguridad y algo de eficacia.
Según los datos publicados, el prototipo de vacuna se ha probado en 76 pacientes menores de 60 años y en los que se constata la producción de anticuerpos a los 21 días de su inoculación y la activación de linfocitos T a los 28 días. No obstante, los autores no han facilitado el acceso a los datos en bruto, algo que ha sido criticado por 19 investigadores de Italia, Francia, Alemania, Estados Unidos y Japón. Por otro lado, algunos pacientes presentaron fiebre de 39 grados, algo no desdeñable. Y aunque el Gobierno ruso ha empezado ya con su producción para alcanzar los 500 millones de dosis en los próximos 12 meses, todavía se requiere de un ensayo en fase III para poder establecer que esta vacuna es segura y eficaz.
Vacunas en fases previas de investigación
A este listado de candidatas, hay que sumar al menos otra veintena de productos que se encuentran en una fase previa de investigación, en la fase 1/2, y de las que seguramente se escuchará hablar en los próximos meses. De forma muy resumida enumeramos su nombre y origen:
China cuenta con otras 4 alternativas en estudio liderados por la compañía Anhui Zhifei Longcom, el Instituto de Biología Médica de China, Clover/GSK/Dynavax (en colaboración con Reino Unido y Estados Unidos) y por Walvax/Academia de Ciencia Militar;
Estados Unidos tiene en marcha ensayos con Innovio Pharmaceuticals, con Novavax, con Janssen Pharmaceutical, con Kentucky Bioprocessing (en colaboración con Reino Unido), con Arcturus/Duke-NUS (en colaboración con Singapur) y con Medigen/NIAID/Dynavax (en colaboración con Taiwán). Precisamente, el ensayo en fase II de esta vacuna se realizará, en parte, en nuestro país, tal y como anunció recientemente el ministro de Sanidad.
Corea del Sur está desarrollando ensayos con una vacuna de ADN a través del consorcio Genexine, formado por seis empresas farmacéuticas. Y en colaboración con Australia, a través de las compañías Vaxine Pty Ltd y Medytox, está probando un candidato basado en una vacuna de proteína recombinante.
India tiene dos vacunas en fase 1/2, una con la compañía Candila basada en plásmido de ADN, y otra con Bharat Biotech, a partir de una cepa inactivada de SARS-CoV-2.
Reino Unido, además de la vacuna de Kentucky Bioprocessing, tiene en fase I otra vacuna liderada por el Imperial College de Londres, se trata de un producto que utiliza hebras del material genético del virus, empaquetado dentro de pequeñas gotas de grasa.
Japón desarrolla, a través de la Universidad de Osaka, Anges y Takara Bio, un ensayo en fase 1/2 que se basa en ADN:
Alemania cuenta con el desarrollo de la empresa Curevac de una vacuna de ARN que está siendo probada en 168 voluntarios.
Canadá a través de la alianza de la empresa Medicago y de la Universidad Laval, ambas en Quebec, han empezado las pruebas en humanos de una vacuna que imita la estructura del SARS-CoV-2 y un adyuvante.
Australia cuenta con un segundo proyecto que están desarrollando investigadores de la Universidad de Queensland, GSK y Dynavax y que están probando en 120 voluntarios.
Italia iniciará este lunes los tests de una vacuna en 90 voluntarios. Desarrollada y patentada por la empresa biotecnológica italiana ReiThera, la vacuna será probada en el prestigioso Instituto de enfermedades infecciosas del hospital Lazaro Spallanzani de Roma , el primero de Europa, a inicios de febrero, en aislar la secuencia del coronavirus.
Investigación preclínica y proyectos en España
En una fase previa, se encuentran una serie de proyectos de vacuna en España. El único proyecto que ha iniciado ensayos preclínicos (en animales) es el del Centro Nacional de Biotecnología, liderado por Mariano Esteban y Juan García Arriaza, con una vacuna basada en una modificación de la que se usó contra la viruela como vector viral para insertarle genes del nuevo coronavirus.
Otros dos equipos del CSIC están buscando candidatos a vacuna, uno es el dirigido por Luis Enjuanes e Isabel Sola y otro, el que lidera Vicente Larraga.
Otra propuesta de vacuna, basada en ARNm del virus, es la del Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (IDIBAPS) del Hospital Clínic de Barcelona y que lidera Felipe García. Su objetivo es realizar pruebas en animales.
Desde Barcelona procede otro proyecto que ha puesto en marcha un consorcio formado por el Instituto de Investigación del Sida IrsiCaixa, el Barcelona Supercomputing Center y el Centro de Investigación en Sanidad Animal del Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias. Se trata de un proyecto que busca la elaboración de vacunas mediante VLP, proteínas virales derivadas de la estructura del virus, pero sin capacidad infectiva.
El proyecto CoviNanoVax ha recibido una financiación de 193.000 euros de la Convocatoria de proyectos de investigación sobre el SARS-CoV-2 y la COVID19 promovida por el Ministerio de Ciencia e Innovación y el Instituto de Salud Carlos III. Se trata de un proyecto liderado por el Dr. Salvador Borrós y la Dra. Cristina Fornaguera del centro universitario IQS (Universitat Ramon Llull), que investiga el desarrollo de una vacuna de mRNA basada en un nuevo nanosistema.
El grupo que dirige José Martínez Costas, del Centro Singular de Investigación en Química Biológica y Materiales Moleculares de la Universidad de Santiago (CiQUS), ha recibido el apoyo de la Comisión Europea, a través de la European Vaccine Initiativa, para financiar los ensayos preclínicos en animales. Se trata de un proyecto basado en una nueva metodología, desarrollada en el propio centro y patentada por la Universidad de Santiago, que trata de que células de cualquier origen fabriquen microesferas e introduzcan dentro de ellas los antígenos víricos con capacidad para estimular el sistema inmune.
Desde Navarra, se destinarán 1,1 millones de euros a 8 proyectos de investigación en busca de una vacuna a través de diferentes metodologías.
El grupo de Rafael Blasco, del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA), están desarrollando un candidato a vacuna con la cepa MVA, una variante altamente atenuada de este virus de la vacuna de la viruela, a la que quieren insertar dos genes del SARS-CoV-2. Por último, la Universidad de Zaragoza ha anunciado que estudiará si la vacuna contra la tuberculosis MTBVAC es útil frente al coronavirus y cuenta con el respaldo del Instituto de Salud Carlos III.
Habrá que esperar para conocer si algunos de estos productos en estudio es seguro y eficaz para prevenir la infección por SARS-CoV-2 y, de serlo, si se logra producir y distribuir el número suficiente de dosis para responder a la demanda actual.
También habrá que esperar para saber si se encuentra algún tratamiento efectivo que cure o reduzca los síntomas de esta infección, ya que actualmente hay varias terapias en estudio, como remdesivir (agotado en España) y otros antivirales o terapias de distinto origen.