Las claves para activar el bienestar psicológico
4 junio, 2020Recomendaciones del Grupo de Fotobiología en referencia al manejo de las Unidades de Fototerapia durante la pandemia por SARS-CoV-2
9 junio, 2020Su actividad diaria en el Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid se orienta principalmente al paciente con psoriasis. Sin embargo, la pandemia por SARS-CoV-2 le obligó a dar un giro de timón y el Dr. Álvaro González Cantero pasó a formar parte del nuevo equipo de la Unidad Macro Covid en un hospital que también cambió su organización de un día para otro y empezó a atender la avalancha de pacientes afectados por este nuevo virus.
“Llegó un momento en el que había más de 1.000 pacientes ingresados por COVID-19, había una gran sobrecarga. Para algunos supuso enfrentarnos a algo a lo que no estábamos acostumbrados y claro que hubo momentos de miedo al salir de la zona de confort. Pero también hubo una gran organización por parte del hospital y mucha ayuda que fue disipando el miedo. Hubo bastante colaboración de los compañeros de enfermería, auxiliares, celadores… Un equipazo que ha hecho que se llevara bien el día a día”, recuerda el Dr. González Cantero.
Tras mes y medio de una intensa carga de trabajo, se empezaron a dar altas y se fue volviendo progresivamente a la actividad anterior a la COVID-19. “Al principio, fue extraño volver. El momento en que dejé la planta de medicina interna fue un día de emoción, de alegría y tristeza a la vez, te habías sentido muy arropado y útil, tenías un montón de sentimientos encontrados. El día que me incorporé al servido de Dermatología parecía que habían pasado años en lugar de semanas. Luego sentí ilusión cuando volví a hablar con mis pacientes, además implicaba que estábamos progresando en la pandemia…”, explica.
Ahora, unas semanas después de ese revoltijo de emociones, el Dr. González Cantero señala que lo que más echa en falta en esta nueva situación es el tener el paciente delante. “Estamos deseando poder atenderlos personalmente”. Y también echa de menos el seguir con sus proyectos de investigación. “Me gusta compaginar la asistencia con la investigación y esta segunda pata de mi trabajo parece que se está reactivando poco a poco”.
Los aspectos positivos que ha impulsado la pandemia
Algunas cosas buenas sí parecen haber traído la pandemia como el envío de fármacos a domicilio en el caso de pacientes crónicos, lo que evita que se pierdan días de trabajo por acudir a una cita médica. También otras herramientas como la teledermatología han sido respaldadas por la situación de confinamiento. “Lo inteligente es quedarse con lo bueno, apoyarnos en herramientas de ayuda como la teledermatología”, apunta.
En cuanto al sistema de formación a través de congresos, reuniones, cursos, etc., el Dr. González Cantero señala que ya se sabía que en el futuro se iban a hacer más formación y actividad de forma virtual, “esta pandemia ha dado un acelerón hacia eso”.
Reconoce que en el pasado se han hecho demasiadas reuniones presenciales y que, de alguna manera, se tiene que reestructurar mejor, pero sin renunciar del todo a los cursos presenciales: “enriquecen mucho porque te da la oportunidad de acercarte a ponentes de otras ciudades o a compañeros con los que no te encuentras de otra manera”.