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15 abril, 2021Las sociedades científicas piden a los políticos que no paren la vacunación y que se ciñan a la evidencia científica para el control de la pandemia COVID-19
16 abril, 2021En el 2ª Congreso Nacional COVID-19 ha habido espacio para conocer más aspectos sobre cómo afrontar la pandemia en la infancia y sobre investigaciones realizadas para mejorar el diagnóstico y atención a los pacientes pediátricos.
Una de estas investigaciones ha sido desarrollada por 11 hospitales españoles que han incluido a casi 400 pacientes menores de 16 años atendidos en urgencias con síntomas compatibles con COVID-19 de menos de seis días de evolución.
El estudio multicéntrico transversal se ha desarrollado con el objetivo de evaluar la sensibilidad y especificidad de la RT-PCR en saliva obtenida mediante frotis oral, así como del test rápido de antígenos en frotis nasofaríngeo para el diagnóstico de COVID-19 en niños, otra técnica de es menos precisa en menores que en adultos.
El estudio se centró en comparar los resultados de ambas técnicas de diagnóstico COVID-19 con la RT-PCR habitual en frotis nasofaríngeo.
Entre los resultados iniciales más destacados del estudio, se observó que la sensibilidad de la saliva comparada con la PCR de frotis nasofaríngeo fue del 78% y la especificidad del 99%, con un valor predictivo positivo del 91% y un valor predictivo negativo del 98%, es decir, con unos indicadores, por tanto, de gran fiabilidad para su uso en niños.
Por su parte, en el caso de los tests rápidos de antígenos el rendimiento fue del 70% en sensibilidad, 100% en especificidad, 100% en el valor predictivo positivo y del 97% en el valor predictivo negativo, demostrando también una alta fiabilidad en este tipo de pruebas de diagnóstico de COVID-19 para niños.
Por tanto, los autores concluyen que la prueba RT-PCR en frotis oral con saliva podría ser un buen método alternativo para el diagnóstico de Covid-19 en niños, sustituyendo así a otras técnicas de detección del SARS-CoV-2 como el frotis nasofaríngeo, que tiene una aceptabilidad limitada entre los menores, además de ser más desagradable e incluso generar malestar y ansiedad entre los propios pacientes y en sus padres.
Neonatos y COVID-19
Otro estudio ha arrojado luz sobre qué ocurre en aquellos bebés que reciben anticuerpos contra la COVID-19 de su madre durante el embarazo y si los mantienen a lo largo del tiempo.
Este estudio multicéntrico muestra que aquellos bebés nacidos de madres que padecieron la COVID-19 y que recibieron anticuerpos a través de la placenta, los perdieron en los primeros meses de vida.
En total, se analizaron datos de 141 mujeres. El 34% tenía infección aguda, el 30,5% reciente y el 35,5%, pasada. En el grupo de mujeres con infección aguda, ningún recién nacido tuvo IgG positiva en sangre de cordón. A los dos meses, tenían IgG positiva el 42,8% de las madres y el 11,5% de los niños, mientras que a los 6 meses la tenía el 33,3% de las madres y ningún niño.
En el grupo con infección reciente, el 90,9% de los recién nacidos tenían IgG positiva en sangre de cordón. A los dos meses tenían IgG positiva el 95,8% de las madres y el 57,1% de los niños, y a los 6 meses, el 83,3% de las madres y ningún niño.
En el grupo con infección pasada, el 80% de las madres y el 84,8% de los recién nacidos tenían IgG positiva en el parto. A los dos meses, el 82,3% de las madres y el 64,7% de los niños; y a los 6 meses, el 57,1% de las madres y el 14,3% de los niños.
La IgG positiva en sangre de cordón fue más frecuente en recién nacidos cuyas madres fueron sintomáticas (75,8% frente al 51,1%) o ingresaron por COVID-19 (90% frente al 57,6%).
Se trata de un estudio en el que han participado expertos de los hospitales Gregorio Marañón e Infanta Sofía de Madrid, así como el Reina Sofía de Tudela, Navarra.
Ámbito escolar
En la mesa de enfermería el miércoles 14 se puso el foco en el afrontamiento de la COVID-19 en el ámbito escolar.
Según ha señalado Beatriz Gutiérrez, enfermera del Colegio Público Juan Gris de Madrid, en estos centros se observa que los escolares expresan enfado e impotencia relacionado con el distanciamiento social, no poder relacionarse con otras personas o familiares o por ver a personas que no cumplen las normas.
Los niños también muestran miedo relacionado con contagiarse o contagiar a los demás, posibles confinamientos, la incertidumbre, y ante los cambios de normas o de información.
El colegio está siendo para ellos como un lugar para satisfacer la necesidad de pertenencia a un grupo, de refugio y de desahogo emocional. Al mismo tiempo, los profesores facilitan el entendimiento de la nueva normalidad a través de información adaptada y accesible para cada edad.