Coronavirus | “Esta pandemia necesita la ayuda de todos”
15 abril, 2020Comunicado GEDP | Manejo de pacientes con hemangiomas infantiles en tratamiento betabloqueante durante la pandemia COVID-19
16 abril, 2020La Comunidad de Madrid es la zona geográfica en España que va en cabeza en número de afectados y muertes por coronavirus. Un ranking del que nadie quiere presumir y que va asociado a la densidad de población, vías de transporte y formas de vida, tal y como se está comprobando en la pandemia por coronavirus. No obstante, en los últimos días los hospitales parecen estar ‘respirando’ un poco de la presión del SARS-COV-2 gracias en parte a la bajada de casos como consecuencia del aislamiento poblacional y también por la derivación de muchos pacientes al Hospital Ifema.
Al otro lado del teléfono, Cristina Vico, R4 de dermatología en el Hospital 12 de octubre de Madrid, explica con la voz un poco tocada y desde un aislamiento al que lleva sometida unos días por culpa de la COVID-19, cómo han sido estas semanas de atención completa a esta infección que, en último término, la ha llevado al contagio y confinamiento hasta la desaparición de los síntomas.
“Los primeros días estábamos escasos de material de protección, luego se notó un punto de inflexión y ya dejó de haber problemas con los EPIs y las mascarillas”, explica esta residente vocacional de la Dermatología, una especialidad que ha tenido que ‘abandonar’ estos días para ponerse al servicio de esta infección.
Señala, sin embargo, que siempre que ha podido ha prestado atención a los síntomas dermatológicos que presentan estos pacientes. “También mis compañeros, internistas, neumólogos, digestivos… me llamaban para valorar algunas manifestaciones cutáneas”.
Asegura estar contenta porque, gracias al estudio Covid-Piel, “los dermatólogos vamos a poder aportar conocimiento a esta enfermedad. Y también estoy orgullosa de mis compañeros dermatólogos, porque de la noche a la mañana hemos tenido que dejar nuestra especialidad –y a mí me encanta la Dermatología– y creo que hemos aportado como uno más. Ahora lo haremos a través de la investigación, con el estudio Covid-Piel. Tenemos que estar contentos”.
Su experiencia como paciente
Desde el 8 de abril lleva con síntomas típicos de la infección por el SARS-CoV-2. “Empecé con fiebre de 38 grados, cefaleas, mialgia, pérdida de olfato y gusto. Ahora esos síntomas me han desaparecido y sólo me queda un gran cansancio, que es lo que más me debilita”, apunta.
El haber atendido a pacientes con esta enfermedad más que generarle incertidumbre cuando se dio cuenta de que se había contagiado le sirvió como motivo de tranquilidad: “los síntomas que yo tengo ya me los habían contado mis pacientes y eso me ha ayudado a tranquilizarme a eliminar incertidumbres”.
A pesar del gran esfuerzo realizado y de haber caído enferma, no duda en repetir lo hecho en el caso de que pudiera elegir. Y destaca el valor del trabajo en equipo. “Hemos cooperado entre especialistas que nada tenemos que ver los unos con los otros. En estas situaciones, donde todos han ayudado a los demás, te das cuenta de la verdadera medicina. Todos necesitamos a todos. Es como verdaderamente se aprende”, señala.
En cuanto a la decisión de Sanidad de revocar la no evaluación de los residentes y establecer el mes de mayo para poder promoverlos a adjuntos, Cristina Vico apunta que “ese título de especialista ya es nuestro. Los residentes, sobre todo los de último año, hemos y estamos trabajando como un especialista más en los hospitales y esto debía de reconocerse. Además, también hay que pensar en el futuro, porque esta situación no se va a terminar de un día para otro”.
En cuanto a cómo ve la recuperación del número de contagios y la reducción de ingresos, explica que “no podemos bajar la guardia. Las urgencias, las UCIs, y las unidades de hospitalización tienen que estar preparadas para nuevas oleadas, y la sociedad también. La normalidad no va a volver de la noche a la mañana, esto no se va a terminar el día 26 de abril”.
Cuando se le pregunta si recuerda a algún paciente en especial estos días no duda en sonreír y decirlo: Manuel, de 94 años. “Le dieron el alta el pasado viernes. La única pena que tengo es que yo quería haberle dado el alta, pero no pude porque ya estaba en casa enferma. Este hombre cada día nos daba una lección de vida. Cumplía a rajatabla todo lo que le decíamos. Él decía que quería ver cómo finalizaba esta crisis. Es un ejemplo de que se puede superar esta infección a esa edad”.
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