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José Antonio Suárez, dermatólogo y académico, ha publicado recientemente su primera novela, El bucle de Mario, en Ediciones Carena.
Con motivo de esta noticia hemos entrevistado al doctor y novelista, para que nos cuente más sobre este libro, y la relación entre su carrera médica y su carrera literaria.
¿Cómo llega un dermatólogo a plantearse escribir y publicar una novela?
Hace varios años que sentí el deseo de escribir, casi una necesidad, plasmada en una novela que no vio la luz, quizá por falta de oficio. La clave fue no rendirse y tras retomar la lectura, abandonada al empezar medicina, perseverar en la idea de que tenía cosas que decir. Publicar hoy día una novela, para un autor novel, es una carrera de obstáculos que puede llevar al desánimo, al punto del abandono. Otra vez la clave está en no rendirse.
¿Crees que en alguna medida la experiencia en la medicina ha aportado algo a tu literatura, o se trata de dos disciplinas totalmente separadas, en tu caso?
La medicina ha sido, sin duda, una herramienta esencial para escribir. El amplio vocabulario que se adquiere y las vivencias de más de treinta años en la profesión han sido dos pilares imprescindibles para llegar hasta aquí. Creo que la faceta humanista de la medicina aproxima al médico a la literatura.
Aunque sabemos que has publicado muchos artículos científicos y un libro sobre el camino de Santiago, esta es tu primera obra de ficción. Imaginamos que iniciar una nueva carrera debe aportar muchas cosas nuevas. ¿Qué ha supuesto esta nueva experiencia para ti?
El libro sobre el camino de Santiago pertenece a un género distinto, y distante, de la novela pero también es literatura. Podría decir que fue como excavar los fundamentos para seguir construyendo. Todavía no me considero escritor, quizá algún día; soy un recién llegado, un advenedizo, con deseo de progresar en este oficio tan difícil. Escribir obliga a leer y mejorar, día a día, el uso del lenguaje; pero también aporta la satisfacción de nuevas amistades y conocimientos.
El libro se ubica en el tránsito del franquismo a la democracia. ¿Qué es lo que te atrae de esa época?
La añoranza de los años de juventud, que no volverán, sin desdeñar el ser testigo de una época de profundos cambios sociales.
Preséntanos un poco a los protagonistas de tu libro. ¿Qué les mueve, cómo es la relación que les une?
La novela gira en torno a tres adolescentes que, en las postrimerías del franquismo, se conocen en el instituto. Uno de ellos, el más tímido y merced a un tropiezo juvenil, se erige como protagonista al iniciar una trayectoria atípica en su entorno. El núcleo de la relación entre los tres es una amistad inquebrantable.
¿Y tus autores favoritos? ¿Hay algún libro con el que te sientas emparentado, o que te haya acompañado durante el viaje de escritura de la novela?
Juan Rulfo tiene cuentos, Talpa p.ej., que son una delicia; pero son muchos los autores a los que, literariamente, me gustaría parecerme: Flaubert, García Márquez, Vargas Llosa, Bufalino, Camus… He preferido beber de fuentes muy diversas y no tengo una obra con la que me identifique, como referencia, para escribir.